En la Argentina hay, aproximadamente, 15 millones de vehículos que, con el objetivo de emitir menor cantidad de gases de efecto invernadero que se generan, principalmente a causa del uso de combustibles fósiles, deberán ser reemplazados por coches propulsados por energías 'verdes'.

Jorge Lapeña, presidente del Instituto Argentino de Energía General Mosconi, comentó: "Tenemos que recorrer un camino de transición hacia una energía que contenga una menor cantidad de emisiones de efecto invernadero. Es un proceso que implica una reducción del consumo de hidrocarburos. Esto tiene una restricción ya que la sustitución de vehículos de combustión interna por coches eléctricos también dependerá, no sólo de los consumidores, sino también de las automotrices y sus ofertas de modelos electrificados, de los precios y de la financiación".

Lapeña expuso que, a medida que se sustituya el parque automotor, "va a surgir una demanda reducida de petróleo y gas. Esto puede generar saldos exportables, lo que permitiría el ingreso de divisas. Es, sin embargo, un proceso gradual".

Por su parte, Gerardo Rabinovich, vicepresidente del Instituto Argentino de la Energía, comentó que "estamos entrando en un nuevo modelo de vida y en un nuevo modelo de negocios para el sector energético. En sus evaluaciones de largo plazo, la Agencia Internacional de Energía plantea la eficiencia energética como uno de los grandes pilares de la transición, junto con las energías renovables".

De esta manera, Lapeña sostuvo que, "para implementar el uso del coche eléctrico se necesita montar una infraestructura que pueda abastecer de energía eléctrica al parque automotor. Esta, a su vez, no puede estar generada con carbón, sino que debe ser renovable. Es una transformación gigantesca y muy costosa".