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Las prepagas ya iniciaron estrategias para retener clientes tras las subas de hasta un 40% y un 30% en las cuotas de enero y febrero, y las que prevén para marzo, antes de registrar pérdida de afiliados.

Por los aumentos de más de un 70% en solo dos meses, se daría de baja un 5% de los socios, cálculo de laUnión Argentina de Salud (UAS), que considera "inevitable" la salida del sistema a partir del próximo mes de personas que no podrán afrontar los incrementos anunciados.

Esperan que se recrudezca la competencia en un mercado desregulado, donde cada compañía podrá establecer libremente los aumentos, a diferencia de antes, que eran autorizados por la Superintendencia de Servicios de la Salud (SSS). "Desde 2011 hasta 2023, los incrementos se debían estipular en función de la estructura de costos de cada financiador. Pero, en la práctica, Salud definía para todos el mismo porcentaje de suba", explicó una fuente vinculada a UAS.

En ese sentido, mencionó que de cara a 2024, el sector acordó llevar adelante un "desregulamiento ordenado" en enero, mes en el que las prepagas aplicaron, en líneas generales, el mismo porcentaje de suba, pero remarcó que a partir de febrero ya no se seguirá un consenso.

En el nuevo escenario, la estrategia comercial que aplique cada empresa será clave para no perder clientes, que, de acuerdo a las fuentes consultadas, sería el peor de los casos para el negocio. "Es más fácil, y conveniente, que una persona se baje de plan a que se desafilie. Subir de categoría es sencillo, pero volver cuando te vas es engorroso", explicó un allegado a una prepaga top del país, y adelantó que será difícil sostener la cartera.

En ese sentido, las estrategias apuntan a retener al 30% de afiliados, los 1,5 millones 'directos' o 'puros', particulares que abonan el plan completo y los más factibles a darse de baja por ser los que menos usan los servicios. Pertenecen a un universo de6,5 millones de beneficiarios (entre titulares y grupos familiares), de los cuales un 70%, 4,5 millones, son usuarios corporativos, a quienes sus empleadores les pagan la prepagao derivan aportes a una obra social con convenio con estos financiadores. Un 5% de las bajas equivaldría entonces a 325.000 personas que recaerían en las obras sociales o el sistema público.

Estrategias de prepagas para retener afiliados tras las subas de cuotas

Medifé sacó un plan con cartilla reducida y coseguros, que define como "el más conveniente del mercado". Arranca en $ 35.000 para mayores de 35 años. "Medifé+ combina un buen cuidado de la salud y una utilización inteligente del presupuesto", presentó la empresa esta alternativa que apunta especialmente a jóvenes que hacen un uso ocasional de las prestaciones.

Esta cobertura ofrece sin cargos extra: video consultas, médico personal por videollamada (especialista en medicina familiar) con seguimiento del caso, interconsultas en consultorios virtuales por cuidados priorizados (diabetes, cardiovascular, salud de la mujer, del adolescente, de las personas mayores, nutrición, tratamientos pos Covid y chequeos), servicios de emergencia e internación en terapia intensiva.

Lo que hace que la propuesta sea más económica es el foco en la telemedicina y la menor asistencia presencial. Es decir, visitas a domicilio o a guardias y consultorios, análisis de laboratorio y prácticas de diagnóstico o tratamiento se cobran con copagos, que hoy rondan los $ 1500. Lo mismo ocurre con kinesiología, fisiatría, odontología, psicología y psiquiatría. En algunos casos son sin límites, en otros hay topes en el uso.

Por su parte, Osde y Swiss Medical ya dan 'descuentos selectivos', mientras analizan lanzar planes low cost, una opción que por el momento no tienen pensado ofrecer. Las rebajas son solo para los clientes considerados estratégicos, no para todos los que llaman a consultar para darse de baja. Analizan caso por caso y si les conviene ofrecerles el beneficio, que no está publicado en sus sitios y que implica un ahorro del 15%, pero con copagos.

En líneas generales, estos perfiles son clientes particulares de clase media que, con el poder adquisitivo en picada y planes que rondan entre $ 75.000 y $ 100.000, se desafiliarían. En su mayoría, son trabajadores independientes o monotributistas que pagan de su bolsillo el total de la cuota y relevantes para sostener el sistema, ya que los jóvenes y sanos financian a los adultos mayores y enfermos.

Por su parte, Boreal Salud, la misma que decidió trabajar con profesionales que no cobraran copagos,moderará los aumentos, ajustando las cuotas al ritmo de los salarios acorde al índice Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) "para no afectar tanto el bolsillo de los más de 250.000 asociados". Para la empresa, los aumentos desmedidos podrían saturar el sistema de salud público debido a una eventual migración masiva.

"Este indicador será con el cual se conducirá en enero y febrero. La decisión apunta a equilibrar la continuidad de servicios de calidad con el resguardo del bienestar financiero de los usuarios. Hay empresas que están decididas a perder, con el concepto de que está sobredimensionado el sector. Nosotros entendemos que esa no es la mirada, para las pymes. Los trabajadores sienten el impacto del aumento de los precios, sin ajustes de salarios", expresó la empresa.