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El rubro venía en caída de ventas en 2019, pero el Covid-19 revirtió ese camino. Muchas personas comenzaron a "desempolvar" sus instrumentos musicales como una forma de disfrute y mitigación frente al aislamiento obligatorio.
Desde la Cámara Argentina de Fabricantes de Instrumentos Musicales (CAFIM) aseguran que el sector ha comenzado desde el 2020 un camino de recuperación interesante.
"Los números muestran niveles de facturación que se incrementan interanualmente en un 15-20%, con niveles de empleo relativamente estables pre-pandemia y la perspectiva a futuro de incrementar la productividad con la adquisición de maquinaria, transferencia de tecnología, capacitaciones y crédito bancario más accesible", indica Nikanor González Bienes Aybar, vicepresidente de CAFIM. Cámara que nuclea a más de 200 pymes, microemprendimientos y 6000 luthiers relacionados con el diseño y la fabricación de una amplia variedad de productos a lo largo de todo el país.
Un relevamiento realizado por CAFIM nos muestra que el crecimiento interanual 2019-2020 ha sido del 20% y 2020-2021 del 15% hasta mediados de este año. "Es una estimación, es difícil mensurar en términos de lo heterogéneo que es el sector. Hubo porciones del sector que estuvo muy golpeado y recién ahora se está recuperando. Otros, en cambio, al mes de empezar la pandemia les empezó a ir mejor y tuvieron un 2020 espectacular", explica el ingeniero González Bienes Aybar.

A contramano de lo que se preveía, la pandemia benefició muchísimo a quienes estaban más familiarizados con la tecnología, afianzados con la venta online; mientras que, a otros, como los luthiers con sus emprendimientos más artesanales, los tomó por sorpresa.
Desde CAFIM detallan que Argentina produce mayormente calidad de productos intermedias, medias-altas y altas. La realidad es que el segmento de productos masivos de tipo económico, no representa un atractivo ni es viable frente a la competencia asiática. Como regla general, un producto de la misma o mejor calidad que el importado de EEUU o Europa, se consigue por un precio entre un 25-35% menor, lo cual lo vuelve muy atractivo al consumidor.
En cuanto al segmento exportador en la producción de accesorios e instrumentos musicales abarca a un 25-30% de las pymes y microemprendimientos. Los motivos del crecimiento exportador se deben a la alta calidad de los productos de industria nacional, la buena reputación del diseño argentino y la capacitación e inventiva de los recursos humanos para ofrecer novedosos productos musicales.
INDUSTRIA NACIONAL
Una fábrica que se reconvirtió con el paso de los años es FAIM. Pasaron de producir en serie a fabricar a pedido de sus usuarios directos con mucha venta online. La Fábrica de Instrumentos Musicales, dedicada desde 1966 a la elaboración de guitarras y bajos, especialmente eléctricos, señalan que hoy el sistema online es del 90% de sus ventas.

"Terminamos el 2019 fabricando 25/30 instrumentos por mes, pero comercializándolo a casas de música, es decir, a un valor poco rentable. En 2020, la producción aumentó un 40% con respecto al 2019, y al trabajar directamente al público, la rentabilidad también aumentó (un 30% aproximado por unidad), por lo que tuvimos un año excelente a pesar de la pandemia. En 2021, volvimos a las cantidades de 2019, pero con la nueva rentabilidad que incorporamos a partir del año pasado", señala Roberto lakimczuk, socio gerente de FAIM.
No obstante, en plena pandemia, esta pyme tomó el desafío de crear un bajo inspirado en Rickenbacker (una de las marcas más antiguas de guitarra eléctricas) por pedido de un cliente. También fabricó la primera guitarra de 7 cuerdas para zurdos; modificó y creó nuevos modelos de guitarras basados en clásicos como las 335, Les Paul o Jazzmaster.
En ventas, sus "caballitos de batalla", son el bajo tipo violín, la guitarra RedSpecial (versiones de estos instrumentos) y la guitarra Mosrite. Estos tres artículos se llevan el 50% aprox. de la facturación.
Para Nicolás Robledo, director de Oruga, una firma cordobesa dedicada al diseño, desarrollo y producción de accesorios para efectos de sonido en batería y percusión, "en Argentina pasamos por dos etapas, en 2020 durante las restricciones tuvimos una alta demanda y aumentamos las ventas, luego en el 2021 bajó un poco por cuestiones lógicas, y al no haber show, o ensayos (que es lo que tracciona nuestro rubro). Estamos a la espera que reactive en esta última etapa del año que de a poco vuelve a la normalidad".
Oruga también exporta a Estados Unidos, México, Japón, sumándose este año un nuevo distribuidor en Reino Unido y Chile. En la actualidad, el 33% de las ventas de sus productos son en Argentina y lo que más demanda tiene son los nuevos productos (variables de sonidos y tamaños sobre la línea), ya que cuentan con una comunidad de bateristas y percusionistas que siempre solicitan novedades para sus instrumentos.
Entre marzo de 2020 y marzo de 2021 duplicaron la facturación y calculan que a fin de año estarán con un 50% de aumento de ventas respecto al promedio general.
Una pyme al servicio de la Música desde 1870 y que satisface tanto al estudiante que se inicia en la música como al profesional, es Antigua Casa Nuñez, sinónimo de guitarras de la más alta calidad. También ofrecen variedad de instrumentos.
Ezequiel Spinelli, presidente de Antigua Casa Nuñez, hace un breve análisis de su rubro. "Si bien 2021 inició con un ligero repunte de actividad, lo cierto es que queda un largo camino por recorrer hasta llegar a lo que podamos considerar un "giro comercial normal". En comparación con el año pasado, están vendiendo aprox. un 50% más, pero considera que "no es buena señal" dado que en 2020 estuvieron cerrados 5 meses.
La guitarra criolla es la más buscada en el mercado argentino. En cuanto a precios, el modelo más económico de guitarra de estudio ronda los $15.000, mientras que un ejemplar de concierto o concierto especial puede fácilmente superar los $150.000.
Un dato de color: Gardel está muy ligado a su historia, hizo conocidas sus guitarras de boca estrellada.












