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El alzhéimer es una de las enfermedades más frecuentes en las personas de la tercera edad. Al igual que muchas otras condiciones, no tiene cura, pero sí cuenta con tratamientos médicos que ayudan a regular el panorama o a disminuir sus efectos.

Un estudio del Hospital de Investigación Infantil St. Jude reveló que la proteína midkine podría desempeñar un papel clave en la prevención del Alzheimer.

Los científicos descubrieron que esta proteína impide la formación de las placas beta-amiloides, estructuras que dañan las neuronas y están directamente relacionadas con la pérdida de memoria y las alteraciones cognitivas propias de la enfermedad.

Alzheimer: un informe revela cuál es la proteína que ayuda a mejorar los síntomas

El estudio demostró que la proteína midkine ayuda a frenar el daño cerebral al bloquear el crecimiento de las fibras amiloides. En modelos experimentales, los científicos observaron que cuando el organismo produce menos cantidad de esta proteína, las placas dañinas aumentan con rapidez y afectan la función neuronal.

Los expertos aseguran que, aunque todavía no existe una forma aprobada de administrar midkine como medicamento, sus efectos naturales podrían inspirar futuros tratamientos preventivos contra el deterioro cognitivo.

Cómo se obtiene y qué genera en el organismo

La proteína midkine se produce de manera natural, especialmente durante las primeras etapas del desarrollo, y cumple funciones esenciales en el crecimiento celular y la reparación de tejidos.

Su presencia en el cerebro ayuda a conservar la estructura de las neuronas y a mejorar la plasticidad neuronal, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y aprender.

Una investigación revela cuál es la proteína que puede combatir los efectos del alzhéimer. Fuente: Archivo.
Una investigación revela cuál es la proteína que puede combatir los efectos del alzhéimer. Fuente: Archivo.

De acuerdo con la comunidad de neurólogos, se recomienda mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física regular y cuidar la salud cardiovascular, ya que estos hábitos favorecen el entorno cerebral donde proteínas como midkine pueden actuar con mayor eficacia.