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La enfermedad renal crónica puede avanzar de forma silenciosa durante años, sin síntomas evidentes. Por eso, especialistas advierten sobre la importancia de adoptar desde temprano hábitos saludables para proteger los riñones y prevenir daños irreversibles.

El urólogo Pablo Mateo, en una entrevista publicada por Listín Diario, enumeró siete recomendaciones fundamentales para cuidar estos órganos vitales. En sus palabras, "muchas personas no prestan atención a su salud renal hasta que ya es demasiado tarde".

Siete recomendaciones para proteger los riñones

1. Beber suficiente agua todos los días

Una buena hidratación permite que los riñones filtren mejor las toxinas del cuerpo. Un dato práctico: si la orina es clara o ligeramente amarilla, estás tomando la cantidad adecuada de líquidos. Factores como el clima o el nivel de actividad física pueden hacer que necesites más agua.

2. Controlar la presión arterial y el azúcar

La hipertensión arterial y la diabetes son las principales causas de insuficiencia renal. Controlarlas mediante chequeos regulares y tratamiento médico es fundamental para prevenir enfermedades renales a largo plazo.

3. Reducir la sal y moderar el consumo de proteínas

Consumir demasiada sal puede aumentar la presión y dañar los riñones. Además, el exceso de proteínas animales (como carnes y huevos) sobrecarga su funcionamiento, sobre todo en personas con daño renal incipiente.

4. Evitar el uso excesivo de analgésicos

Medicamentos como el ibuprofeno, naproxeno o diclofenac, si se usan en exceso, pueden tener efectos tóxicos para los riñones. Siempre es recomendable consultar con un médico antes de tomar analgésicos frecuentemente.

5. Hacer ejercicio y mantener un peso saludable

La obesidad está relacionada con un mayor riesgo de enfermedad renal, hipertensión y diabetes. Lo ideal es practicar actividad física al menos 30 minutos por día, cinco veces a la semana, para mantener un buen estado general de salud.

6. No fumar y moderar el alcohol

El tabaco disminuye el flujo sanguíneo hacia los riñones y acelera su deterioro. Por su parte, el alcohol en exceso puede alterar la presión arterial y contribuir al daño renal progresivo.

7. Realizar controles médicos periódicos

Si tienes antecedentes familiares de enfermedad renal, hipertensión o diabetes, es esencial hacerte análisis de sangre y orina con frecuencia. La detección temprana de cualquier alteración renal puede marcar una gran diferencia en el tratamiento.