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Albert Einstein es actualmente recordado como una de las mentes más brillantes de la historia de la ciencia gracias a sus asombrosos descubrimientos, que lo coronaron como ganador del Premio Nobel de Física en 1921 y nos permitieron a todos una mayor comprensión del mundo en el que vivimos.

Su capacidad de aprendizaje y constancia en el trabajo siempre fueron importantes distintivos del físico, quien se caracterizó por dedicar largas horas de profunda concentración a desarrollar sus ideas.

El truco que Albert Einstein utilizaba para concentrarse

En el libro publicado por el amigo del físico Peter Bucky, titulado 'The Private Albert Einstein', Hans Albert Einstein, segundo hijo del científico, reveló que el violín era uno de los mayores secretos de concentración de su padre.

"A menudo tocaba el violín en la cocina a altas horas de la noche, improvisando melodías mientras reflexionaba sobre problemas complicados", explicó, ahondando en como su padre solía practicar con este instrumento hasta que finalmente encontraba la inspiración para solucionar el problema en el que estuviera trabajando en ese momento.

El hijo del físico reveló, además, que Einstein no era una persona que se distrajera fácilmente, asegurando que mientras el físico trabajaba "ni el llanto más fuerte de un bebé" podría haberlo molestado.

Imaginar: una actividad central para el éxito de Albert Einstein

De acuerdo con el físico, al momento de desarrollar sus reconocidas teorías no sólo la concentración jugó un rol crucial, sino también la capacidad de imaginar.

En una entrevista publicada en el diario Saturday Evening Post, Albert Einstein perpetuó una de sus frases más memorables: "La imaginación es más importante que el conocimiento".

Así, gracias a las cartas escritas por Maja Einstein, hermana del físico, hoy se conoce que Einstein de pequeño experimentó problemas de aprendizaje y que el cuestionamiento y la imaginación fueron claves para su éxito profesional más adelante.

"El espacio y el tiempo son cuestiones que se consideran en la infancia, pero dado que mi desarrollo fue tan lento, empecé a preguntarme sobre ellas cuando ya era un adulto", explicó el científico a James Franck en un testimonio recopilado por Walter Isaacson para la biografía que escribió de Einstein.