

Los sonidos de la Tierra generados por grandes terremotos son para los sismólogos una herramienta invaluable para estudiar el interior de nuestro planeta, pues provocan oscilaciones que, de sonar "desafinadas" son entendidas como señal de anomalías ocultas a miles de kilómetros de profundidad.
Utilizando este método, a finales del siglo pasado los científicos detectaron la existencia de verdadero oro geológico: dos "supercontinentes" escondidos a más de dos mil kilómetros de profundidad, uno debajo África y otro debajo del Océano Pacífico.
Si bien durante mucho tiempo no se supo de qué se trataba exactamente o cuáles eran sus implicancias, una reciente investigación de la Universidad de Utrecht publicada en Nature brindó luz sobre estas "islas" intrigantes.

Oro geológico: qué descubrieron los científicos de estas dos "islas" gigantes
Arwen Deuss, sismóloga y profesora de estructura y composición del interior profundo de la Tierra señaló que ambas "islas" se encuentran rodeadas por "un cementerio de placas tectónicas".
El nombre técnico que se atribuyó al descubrimiento de estas estructuras formadas por material extremadamente caliente es "Grandes Provincias de Baja Velocidad Sísmica" (LLSVP). "Sabemos desde hace años que estas islas se encuentran en el límite entre el núcleo y el manto de la Tierra. Y vemos que las ondas sísmicas se ralentizan allí", explicaron los científicos.
El estudio añadió entonces nueva información sobre el "amortiguamiento" de las ondas de estas regiones, es decir, la cantidad de energía que pierden al viajar a través de la Tierra.
A diferencia de otras zonas donde las ondas sísmicas se amortiguan debido al calor o la presencia de materiales con granos pequeños, las LLSVP presentan una baja amortiguación. Eso indica que están compuestas por minerales con granos más grandes, lo que implica una estructura rígida, antigua y estable.

Por qué este descubrimiento es importante para la ciencia
Los científicos explican que los granos minerales que componen estas regiones demuestran su antigüedad: si los LLSVP no disipan energía, significa que son más antiguos, más densos y más resistentes que las placas tectónicas que los rodean, convirtiéndose en una suerte de "cápsula del tiempo" geológica.
En este sentido, la rigidez de estas islas contrasta, de acuerdo con los expertos, con las afirmaciones de diversos libros escolares que aseguran que el manto terrestre se encuentra completamente mezclado, pues se trata de estructuras sólidas que no se deforman con facilidad y no participan en el flujo del manto.
"Al fin y al cabo, los LLSVP deben ser capaces de sobrevivir a la convección del manto de una forma u otra", afirman los expertos.
Descifrar en profundidad las particularidades de estas formaciones es esencial entonces para comprender fenómenos que ocurren en la superficie. Deuss pone como ejemplo el volcanismo o las formaciones montañosas.
Este descubrimiento invita a repensar lo que se creía sobre el manto terrestre y también abre nuevos campos de estudio para mejorar la comprensión de los procesos en los que éste se involucra.











