

Una nueva polémica se instaló en Nueva York y ya está impactando en los contratos de alquiler: una mascota muy particular quedó en la mira de las autoridades. Aunque su presencia era tolerada en algunos vecindarios, recientes incidentes llevaron a reforzar una normativa que muchos desconocían... y que ahora puede costarle caro a más de un inquilino.
La respuesta involucra quejas vecinales, riesgos sanitarios y hasta la amenaza de actividades ilegales. Además, las multas pueden superar los 2.000 dólares, y muchos contratos de alquiler ya empezaron a incorporar nuevas cláusulas para evitar problemas.

La mascota que no permiten tener los edificios desde ahora
La Ciudad de Nueva York prohíbe la tenencia de gallos como mascotas en zonas residenciales, según el artículo 161 del Código de Salud. Esta restricción, aunque no es nueva, volvió a tomar fuerza después de varios reportes de vecinos en Manhattan, que denunciaron ruidos molestos e incluso gallos cacareando desde los árboles.
La principal razón de esta medida es el ruido constante que estos animales generan, especialmente durante la madrugada. En una ciudad densamente poblada, la convivencia puede volverse insostenible cuando este tipo de animales altera la tranquilidad del vecindario.
Multas de hasta 2.000 dólares para los inquilinos que no cumplan la nueva norma
¿Qué pasa si se viola esta norma? Los inquilinos que decidan tener gallos en áreas residenciales se exponen a multasque van desde los 200 hasta los 2.000 dólares, dependiendo del caso. Las denuncias pueden ser atendidas por el Departamento de Protección Ambiental (DEP) o por la Policía de Nueva York (NYPD), y pueden realizarse fácilmente llamando al 311 o a través del sitio web oficial de la ciudad.
Este tipo de infracción no solo afecta a los inquilinos, sino que también puede involucrar a los propietarios o administradores de las viviendas, quienes ya están tomando nota y actualizando los contratos de alquiler para prohibir expresamente este tipo de mascotas.

¿Dónde sí se pueden tener gallos legalmente?
A pesar de la prohibición en áreas residenciales, sí es posible tener gallos en ciertas condiciones. Por ejemplo, están permitidos en:
Zonas rurales o áreas con uso agrícola autorizado.
Granjas registradas, que cumplen con las normas de salubridad e infraestructura.
Ferias agrícolas o eventos públicos, con los debidos permisos especiales.
En estos contextos, la normativa permite su tenencia, siempre que se garantice el bienestar animal y no representen un riesgo para la comunidad.













