

En los próximos meses, Estados Unidos podría enfrentar unaimportante crisis sanitaria, impulsada por el incremento sostenido de los costos de la atención médica.
Este fenómeno se reflejaría con mayor fuerza en 2026, según advierten diversos estudios y consultoras.
¿Crisis sanitaria en puerta? Empleadores planean aumentar los deducibles para 2026
El principal problema para los trabajadores radica en que muchos empleadores están considerando aumentar los deducibles y los gastos máximos de bolsillo en los planes de seguro médico. Esta decisión surge como una estrategia para hacer frente al encarecimiento de las pólizas de salud.

De acuerdo con estimaciones, alrededor de un tercio de los empleadores en Estados Unidos planea migrar hacia planes médicos no tradicionales, los cuales podrían ser más rentables para las empresas, pero suponen mayores desembolsos para los empleados en citas médicas, tratamientos y medicamentos.
¿Qué dicen los resultados de la encuesta de Mercer?
La consultora Mercer realizó una encuesta para analizar el panorama de la atención médica en 2026. Los resultados muestran que el 51% de los empleadores probablemente trasladará más costos de atención médica a sus trabajadores el próximo año, un aumento de seis puntos porcentuales respecto al año anterior.
Este traslado de costos no es nuevo: entre 2013 y 2020, los gastos anuales en salud por empleado crecieron en promedio un 3% anual. Sin embargo, la pandemia de Covid-19 aceleró esta tendencia.
Para este año, se estima que los precios médicos subirán un 5,8%, superando incluso a la inflación interanual registrada en junio, que fue del 2,7%.
El precio de los medicamentos: otro factor clave
Otro factor que impulsa el aumento de los costos es el encarecimiento de los medicamentos recetados, cuyo incremento supera al de otros servicios médicos. En especial, el uso creciente de fármacos especializados y de alto costo, como los tratamientos GLP-1 para la diabetes y la obesidad, cuyo valor mensual puede rondar los 1.000 dólares, genera una gran presión financiera.
Ante esta situación, muchas empresas están comenzando a limitar la cobertura de ciertos medicamentos o a ajustar sus convenios con los administradores de beneficios farmacéuticos, en un intento por contener el gasto y evitar un mayor impacto sobre sus trabajadores.














