

La corona británica se encuentra en un momento de incertidumbre tras informaciones de que el Rey Carlos III habría decidido no mantener la tradicional celebración navideña en su residencia de invierno, lo que pondría fin a una costumbre centenaria de la familia real.
La medida sugiere una transformación profunda en la manera de concebir la institución y su relación con el público, al apartarse de una festividad que congrega expectación internacional y simboliza la unidad de la familia real con sus súbditos.
Tiembla la Corona Británica: el Rey Carlos III rompería con la tradición de la Navidad por este motivo
Durante décadas, Sandringham House fue el punto de encuentro de la familia real en las fiestas. Allí asistían juntos a la misa de Nochebuena y compartían una jornada de caza de faisanes, una práctica que representaba unión y continuidad entre generaciones.
Este año, sin embargo, la situación cambió. La población de faisanes en los terrenos reales disminuyó de manera considerable por factores climáticos y por nuevas restricciones en las licencias de caza. Sin suficientes ejemplares disponibles, la Navidad corre peligro para el monarca.

Cerca del Palacio de Buckingham aseguran que el Rey Carlos III lamenta la situación, ya que la caza era una de las actividades favoritas de su madre, la Reina Isabel II. A pesar de la tristeza, el monarca no planea reemplazar la tradición por otro evento y prefiere mantener un perfil bajo durante las fiestas.
La decisión podría marcar un antes y un después dentro de la monarquía. Si la ausencia de faisanes persiste, es posible que la familia real británica deba despedirse definitivamente de una de sus celebraciones más emblemáticas.
¿Qué significa eliminar la Navidad para la Corona Británica?
Aunque no se trata de eliminar la Navidad por completo, el hecho de no celebrar en Sandringham representa un cambio significativo. Los integrantes de la monarquía podrían pasar las fiestas de manera más discreta o en otro de los palacios reales, aunque aún no hay confirmaciones oficiales sobre el nuevo destino.
Si bien reconoce el valor simbólico de la caza navideña, considera que insistir en mantenerla este año sería inapropiado dadas las circunstancias. Su prioridad, según trascendió, es preservar el equilibrio natural del lugar y no alterar los procesos de recuperación de las especies.














