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Al momento de poner un cable a tierra en la agitada agenda de CEO y directivos de compañías o emprendimientos, el running gana protagonismo. Muchos líderes se hacen espacio en su rutina diaria para dedicar tiempo a desenchufarse de las exigencias y el estrés diario para salir a correr. Muy temprano por la mañana, antes de ir a la oficina, o al salir al atardecer, son muchos los que eligen esta actividad física que no solo les trae bienestar físico, sino también mental y emocional.
Los directivos coinciden en encarar el training de manera seria y en base a objetivos. Uno de los desafíos habituales que enfrentan como corredores es pasar de una distancia a otra, ya sea de 10k a 21k o de 21k a 42, para lo que un entrenamiento programado, metódico y constante es imprescindible. Sin embargo, como cabezas o líderes de compañías o emprendimientos, la demanda suele estar a tope y no siempre disponen del tiempo.
"La vida profesional exige estar bien físicamente", coinciden los ejecutivos, y para correr no necesitan consensos ni horarios fijos.
Explica Pierpaolo Barbieri, fundador y CEO de la billetera virtual Ualá, que suele entrenar entre 6k y 10k unas tres a cuatro veces por semana. "Soy bastante consistente en distancias. Como la vida, correr es una maratón, no una carrera", señala. Y asegura que le ayuda a concentrarse y a pensar nuevas ideas. Lo hace todos los días y con su mujer. "Es un lindo momento juntos", agrega. En lo profesional, le ayuda a balancear el estrés y tener un espacio para pensar. "Me encanta y es una gran manera de conocer cada ciudad donde me encuentre".
Para Juan Manuel Arrías Camps, CCO de Atrápalo Argentina, Chile, Perú y México y exjugador de rugby, el desafío más grande a nivel mental y emocional fue cambiar el chip de pasar de hacer un deporte colectivo a algo totalmente acíclico, monótono y solitario como el running. Actualmente, corre carreras de trail desde 42k que prepara con carreras de 10k, 15k y fondos largos de hasta 21k.
"Cuando empecé a correr, rápidamente exploré carreras de 10k y 15k, pero luego me aburrieron y me propuse pegar un salto a carreras de aventura y mayores distancias. Pasé por los 21k en calle y luego a distancias de más de 30k, carreras de dos y tres días en montaña y, este año, ya pasé a ultra distancias en montaña con los 42k de Patagonia Run", asegura. Y sostiene que para encarar estos desafíos la clave es estar centrado y con un correcto seteo de expectativas y autoexigencias. "Las charlas internas pueden ser muy peligrosas si uno no está enfocado. Nos decimos cosas a veces que no le diríamos ni a nuestros peores enemigos. Hoy, un poco más maduro, trato de disfrutar el momento, el aquí y ahora, sin preocuparme por tiempos, retos y récords", dice.
Reconoce que correr le aporta disciplina, orden, motivación y calidad de vida, tanto a nivel profesional como personal. "Me permite estar enfocado, activo y conectado conmigo mismo y con lo que tengo que hacer. También, me da la satisfacción de saber que en el poco o mucho tiempo que le dediqué, hice algo para mí", añade.
Cuerpo y mente
Así como encuentran en su trabajo desafíos diarios que deben encarar, el running también se presenta como una oportunidad para llevar adelante retos y trabajar concentrados en los pasos necesarios para alcanzarlos. El paso de una distancia a la otra es clave, al llegar a los 10k, por lo general, aparecen los 15k como desafío y luego los 21k y, para muchos, la meta se corre y buscan más kilómetros.
Para Lelio De Crocci, preparador físico y coach de Adidas Running Argentina, al momento de buscar subir de nivel en cuanto a la distancia, el primer consejo y, probablemente el más importante, es hacerlo acompañado de un entrenador. De Crocci sostiene que el preparador guía el proceso, administra las cargas y trabaja según la evolución de cada corredor. A la vez, sugiere armar una rutina semanal con al menos tres entrenamientos de campo y uno de fuerza.
En cuanto a los tiempos, explica que, en general, un corredor con una base sólida de 10k puede pasar a correr 21k en un proceso de 12 a 16 semanas, dependiendo de su experiencia, constancia y adaptación a las cargas. Y reconoce que un buen plan de entrenamiento combina distintos estímulos, como pasadas o series que desarrollan la potencia de carrera; tempo runs, que enseñan a sostener el ritmo de competencia; ondos y trotes suaves, que construyen la base aeróbica; cuestas, que fortalecen piernas y mejoran la resistencia.
Por otra parte, el trabajo de fuerza en el gimnasio resulta fundamental para reducir el riesgo de lesiones, fortalecer la zona media y mejorar el rendimiento global. "La correcta distribución de estos estímulos, con volúmenes e intensidades adecuados, es la verdadera clave del progreso", enfatiza.
En cuanto a la evolución, asegura que ésta se siente "semana a semana" y que, con el tiempo, los ritmos se sostienen mejor y los kilómetros "fluyen". De Crocci hace énfasis en el aspecto emocional: "Habrá momentos donde falten ganas, donde el estrés del día a día complique ir a entrenar o surjan excusas para no salir. Pero ahí es donde se construye realmente la fortaleza: salir igual, sostenerse en la constancia, incluso cuando no hay ganas. También habrá entrenamientos duros, donde se sienta la tentación de abandonar. Superar esos momentos fortalecen tanto el cuerpo como la mente. El día de la carrera, esa fuerza mental ganada en el proceso puede marcar la diferencia. Es lo que te va a permitir seguir adelante cuando las piernas ya no quieran más", sostiene.
Por su parte, el entrenador Maximiliano Martínez Monzón señala que para los CEO de las empresas o directivos se recomienda entrenar antes de iniciar la jornada laboral o post trabajo a la tarde noche, siempre respetando estas cuatro actividades semanales y haciéndose el tiempo para el descanso. En lo que respecta a sumar kilómetros, sostiene que, por ejemplo, para pasar de 10k a 21k es necesario sentir que uno domina los 10k y esto se consigue si ya participó como mínimo de tres carreras de esta distancia. "La persona tiene que sentir que puede controlar aspectos como gestión de la fatiga, nutrición de la carrera y la planificación de los entrenamientos. En tres meses se puede pasar de una distancia a la otra con un entrenamiento a conciencia", advierte.
A su vez, asegura que el entrenamiento para los 21k se puede dividir en cuatro días semanales, por ejemplo: un lunes entreno de fuerza en gimnasio sin mucha intensidad, luego el miércoles construir una base aeróbica y ganar resistencia haciendo menos kilómetros que los fondos de los domingos. Ya el viernes se podrá realizar una serie de pasadas con buena intensidad de un kilómetro o más y el domingo se reserva para hacer un fondo largo que se intensifica de a dos kilómetros semanales en tres meses. "Se arranca de 10k hasta los 18k dos semanas antes de la carrera, si se sigue este plan de entrenamiento constante y con responsabilidad a los tres meses y luego de haber corrido ya tres carreras de 10 kilómetros, uno está preparado ya para los 21k", dice Martínez Monzón.
Cable a tierra
"Además de sentirse bien liberando endorfinas, creo que el running es un gran aporte para entender que los resultados dependen de la planificación, preparación y compromiso", dice Gustavo Marques, managing director de Puma Argentina. Por lo general, entrena todos los días a las 7 u 8 de la mañana, con variaciones entre esfuerzo muscular, aeróbico y anaeróbico. Suele correr carreras de 10k, de 21k en calle y otras de cross. Un punto importante para pasar de los 10k a los 21k, además de entrenar bien los fondos porque se trata del doble de distancia, es la preparación mental ya que hay mucho más tiempo para pensar.
"En ambos casos fue muy importante confiar en el entrenamiento previo. En el día de carrera, ayuda apoyarse en toda la gente que está participando, alentando permanentemente a seguir y no parar: dejarse llevar por la marea", asegura.
"El cuerpo nos habla todo el tiempo", dice Romina Broda, Latam VP at Lamb Weston, quien participó en El Cruce de los Andes en 2023. Escucharlo fue la clave para alcanzar sus objetivos en una competencia desafiante de tres días. "En el segundo día uno siente el cansancio del anterior, pero recuerdo que me propuse llevarlo con objetivos por tramo, y con la convicción de que siempre se puede un kilómetro más, mientras que el tercer día es pura cabeza, es la recta final, la mente juega en todo porque el cuerpo ya está muy cansado. Ahí aparece la motivación, los seres que esperan en la recta final y los días eternos de entrenamiento. En estos desafíos te das cuenta de que podés un poco más, y que lo único que nos juega malas pasadas es nuestra cabeza. A veces, somos nuestros propios enemigos", enfatiza.
A la hora de hacerse un lugar en su agenda para entrenar, asegura que cuando se encuentra el propósito de entrenamiento la agenda hace espacio. "Mi agenda es muy apretada, pero me despierto en horarios irrisorios para poder hacerlo. Ya es parte de mi rutina. Además, nunca viajo sin ropa para entrenar", añade.
Por su parte, Martín Gradel, CEO de Delsey Chile, cuenta que antes de la pandemia corría distancias de hasta 21k y luego comenzó a entrenar más, y llegó a correr cuatro maratones de calle. En cuanto al desafío que representó su primera maratón, sostiene que lo más difícil fue la preparación mental, ya que en los entrenamientos se llega a los 30k. "Al enfrentar una distancia nunca antes realizada, te preguntás todo el tiempo si es algo que el cuerpo y la mente van a soportar. Pero, a medida que uno gana experiencia con otras carreras, esos temores empiezan a disiparse", señala. Por estos días entrena dos veces a la semana con rutinas cortas a la mañana y reserva los fines de semana para las más largas que completa con entrenamiento de fuerza.
En el caso de Pablo Cattoni, director de RR.II. de la siderúrgica Sidersa, asegura que intenta correr dos o tres maratones (42k) por año. "Muchas ideas del trabajo aparecen cuando estoy corriendo y la mente está relajada", reconoce y aclara: "Mi experiencia del paso a distancias fue muy gratificante y enriquecedor. Cuando empecé a correr, creía imposible poder llegar a los 10k, pero cuando lo haces los límites se corren y enseguida apuntas a los 15k y casi sin darte cuenta estás corriendo 21k sin inconvenientes", asegura.
Pero aclara que el salto mayor es pasar a la maratón porque los 42k demandan un plan de entrenamiento mucho más estricto. "Correr me permite un momento de despeje fuera de la rutina laboral. Alcanzar los objetivos en el running eleva la propia vara, me demuestra que se pueden alcanzar metas difíciles", advierte. Para congeniar trabajo y running asegura que suele entrenar a primera hora o a la tarde-noche.
Coincide Juan Pablo Gutiérrez, director de la agencia de comunicación Vox, en que el running aporta un orden mental, un bienestar físico y es una motivación para alcanzar nuevos objetivos. "También me ayuda a ser más paciente, a tratar de no apurarme y a amigarme con los procesos largos", señala.
Recientemente, y luego de dos años de entrenamiento, corrió por primera vez los 42k de calle, aunque la distancia con la que se siente más cómodo son los 21k. Confiesa que la maratón le costó mucho mentalmente: "Si bien mi cuerpo estaba entrenado, mi mente no conocía un esfuerzo así. Así y todo, experimenté una satisfacción única una vez que terminé". Su preparación en la semana es de tres veces running y dos funcional al atardecer.
Muy distinta es la experiencia de Fabio Boggino, CEO de workON, una app de empleo, quien empieza a sumar kilómetros. Retomó el deporte hace menos de un año y corre tres veces a la semana entre 4k y 6k. "Mi idea es que, a medida que workON se consolide y logre armar un equipo para delegar, tenga más tiempo para mí y para mi salud", señala. "A nivel mental, el primer desafío fue convencerme de que podía volver a correr a buen ritmo a los 50 años. Con la ayuda de un profesor que me pasa a buscar por casa estoy logrando volver al ritmo que tenía a los 30", explica. Y advierte: "Pude comprobar que forzar una conducta no deseada a las 7 de la mañana durante 20 días consecutivos genera un hábito querible", reconoce.
También en el área de la comunicación, Damián Martínez Lahitou, CEO y fundador de FeedbackPR, sostiene que suele correr 10k como base y que pasó por los 21k, varios maratones y Ironman 70.3. Sin embargo, hoy se enfoca en correr por salud más que competir en carreras largas, y suele hacerlo tres veces a la semana. Sobre el paso de los 10k a los 21k, lo considera un antes y un después. "Si bien es solo el doble de distancia, es el triple de cabeza. Hay un punto donde el cuerpo dice basta y ahí tiene que aparecer la mente que es la que te da la milla extra", dice. Y asegura que el running te obliga a planificar el entrenamiento, a alimentarte mejor y a dormir más. "Mentalmente, te volvés más disciplinado. Emocionalmente, se transforma en un espacio propio, el único en que estás con vos mismo. Es como resetear el día", sostiene. En el plano profesional reconoce que lo ayuda a bajar la ansiedad y a tomar mejores decisiones.
Por último, para Fernando Maffi, director de Amafi Caravaning, argentino que tiene una empresa de alquiler de motorhome en Europa hace diez años, es acertado el dicho que asegura que en una maratón los primeros 30k se corren con el estado físico, los siguientes 10k con la cabeza y los últimos 2 con el corazón. "Es lograr poner la cabeza fría por más de que uno se sienta cansado y pensar en metas cortas para que la cabeza esté siempre en su sitio", destaca. Con varias maratones, para Maffi correr es parte de su vida, y destaca los resultados a nivel físico, mental y emocional. "Cuando corro mi cabeza piensa distinto, personalmente, lo uso como una terapia. Ahí siempre, o casi siempre, me aparecen alternativas y soluciones. Lo hago hace más de 40 años y ya es parte de mi vida", finaliza.














