

El presidente de Colombia, GustavoPetro, expresó este sábado su intención de participar como ciudadano en una eventual Asamblea Nacional Constituyente, una propuesta que su Gobierno ha venido mencionando y que sigue generando polémica.
Según informó la agencia de noticias EFE, en un acto público centrado en los avances del diálogo con bandas criminales en Medellín y en la reciente aprobación de su reforma laboral, Petro sostuvo que no estará en el poder cuando ese mecanismo pueda materializarse. "Ojalá pueda participar como ciudadano del común", dijo, insistiendo en que "el pueblo es el único soberano".
El presidente, cuyo mandatofinaliza en agosto de 2026, planteó que en las elecciones presidenciales de ese año se incluya una papeleta para consultar a los votantes sobre la necesidad de convocar una asamblea constituyente.

Según Petro, el debate sobre el mecanismo no solo es jurídico, sino político, y señaló que incluso si no se convoca oficialmente, el pueblo tiene el poder de autoconvocarse.
La propuesta choca con los límites legales del Ejecutivo
Diversas voces, tanto en el Congreso como en el ámbito jurídico, han salido al cruce de la iniciativa. Entre ellos, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, quien recordó que solo el Legislativo puede promover la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente.
También expertos constitucionalistas sostienen que la Constitución de 1991 ya contempla suficientes herramientas para reformas, y que una nueva constituyente no es necesaria.
El artículo 376 de la Carta Magna indica que se requiere una ley aprobada por mayoría absoluta en ambas cámaras del Congreso antes de convocar una votación popular. Aunque Petro evoca como antecedente la "séptima papeleta" de 1990, movimiento que impulsó la actual Constitución, esa situación ocurrió bajo un contexto extraordinario y con el respaldo de un estado de sitio, lo que hace que el escenario actual sea mucho más limitado en términos institucionales.
Gustavo Petro insiste en que la Constitución actual ya no responde a las necesidades del país
Para Gustavo Petro, la convocatoria de una constituyente no es un capricho, sino una herramienta para consolidar lo que ha llamado el "cambio real" en Colombia. En varios discursos recientes, ha argumentado que la Constitución de 1991, aunque valiosa, ya no representa con claridad las demandas sociales de las últimas décadas, especialmente en temas de justicia económica, paz territorial y participación ciudadana. Según él, un nuevo pacto constitucional permitiría que el Estado responda de forma más efectiva a las desigualdades históricas.

Pese a la controversia, el presidente parece decidido a mantener este debate vivo durante lo que resta de su mandato. Para muchos, se trata de una jugada política que busca mantener movilizada a su base electoral de cara al 2026. Para otros, es un riesgo institucional innecesario. Lo cierto es que la propuesta ha reactivado un viejo dilema colombiano: cómo cambiar las reglas del juego sin romper el orden constitucional.












