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El Papa León XIV aceptó la renuncia del obispo Ciro Quispe López como prelado de Juli, en el altiplano peruano, tras una investigación que destapó un escándalo sexual y financiero dentro de la Iglesia.

Quispe -considerado un viejo conocido del actual Pontífice por su trayectoria eclesiástica en el país- fue señalado por mantener relaciones simultáneas con varias mujeres, incluidas religiosas y feligreses, además de manejar de forma irregular los fondos de la prelatura.

¿Quién es el cura peruano acusado y por qué se lo vinculaba con el Papa León XIV?

Ciro Quispe López, de 51 años, fue nombrado obispo prelado de Juli en 2018 por el papa Francisco y desempeñó su labor pastoral en el sur del Perú, una región históricamente vinculada al entonces obispo de Chiclayo, Robert Prevost, hoy Papa León XIV.

Aunque compartieron espacio institucional dentro de la Iglesia peruana, no existen pruebas de una relación personal cercana. Su vínculo fue estrictamente jerárquico: Prevost actuó como superior en el episcopado peruano antes de ser trasladado a Roma.

La Santa Sede anunció el 24 de septiembre de 2025 que el Papa aceptaba la renuncia de Quispe "según el canon 401 §2 del Código de Derecho Canónico", fórmula habitual cuando se trata de casos de conducta impropia o pérdida de confianza.

¿De qué lo acusan dentro de la Iglesia peruana?

La investigación eclesiástica reveló que Quispe habría tenido múltiples amantes, algunas de ellas religiosas, según informó Infobae. Testimonios recogidos por varios medios aseguran que mantenía relaciones paralelas con hasta 17 mujeres y que existían audios, fotografías y mensajes que respaldaban las acusaciones.

Además, se lo investiga por presunto desvío de fondos y mal manejo de bienes eclesiásticos. Las denuncias apuntan al uso de recursos del obispado para fines personales, lo que motivó la intervención de la Nunciatura Apostólica en Lima.

¿Qué dijo el Vaticano y cuál fue la reacción del obispo?

El comunicado de la Santa Sede no incluyó detalles sobre las acusaciones, limitándose a informar la aceptación de la renuncia. Sin embargo, fuentes eclesiásticas confirmaron que el proceso canónico sigue en curso y que Quispe podría enfrentar sanciones mayores si se comprueban los hechos.

En tanto, el propio obispo, en declaraciones a medios locales, negó los cargos y habló de una "campaña difamatoria" en su contra. "No tengo procesos abiertos ni en el ámbito civil ni eclesiástico", aseguró Quispe al portal El Colombiano.

Pese a su defensa, el caso ha generado una fuerte crisis de credibilidad en la prelatura de Juli y reavivó el debate sobre los mecanismos internos del Vaticano para investigar abusos y comportamientos inapropiados entre el clero.