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El conflicto armado en el departamento del Cauca, al suroeste de Colombia, volvió a escalar tras la retención de 57militares en la zona del Cañón del Micay, en medio de una compleja situación en la que comunidades locales, presuntamente presionadas por la disidencia de las FARC conocida como Carlos Patiño, impidieron el avance del Ejército.

Ante esta grave crisis, los ministrosdeDefensa, Pedro Sánchez Suárez, e Interior, Armando Benedetti, anunciaron un viaje urgente a Popayán, capital del departamento, para liderar una reunión extraordinaria de seguridad y recibir personalmente a los uniformados, una vez se logre su liberación.

El Gobierno intenta conseguir la liberación de los 57 militares retenidos

Según consignó la agencia de noticias EFE, Los hechos comenzaron el sábado en zona rural del municipio de El Tambo, donde un grupo de militares fue atacado en una asonada, resultando en la retención de cuatro de ellos por parte de pobladores. La situación se agravó el domingo cuando, durante un desplazamiento hacia el corregimiento de El Plateado, otro contingente fue rodeado por unas 200 personas.

Las fuerzas militares preocupadas por el secuestro de 57 miembros. (Fuente: Archivo)

Según el Ejército, estas personas habrían sido instrumentalizadas bajo amenazas por miembros encubiertos del grupo Carlos Patiño, una de las principales estructuras armadas que aún operan tras el proceso de paz.

El ministro de Defensa denunció que esta facción del autodenominado Estado Mayor Central recurrió a tácticas de intimidación y usó civiles como escudos humanos, con el propósito de dificultar la acción militar en la región.

La denuncia de Laura Sarabia

Afirmó que entre quienes retuvieron a los soldados había infiltrados del grupo armado vestidos de civil, y que el objetivo de la acción era impedir la llegada de inversión social y estatal a una zona que históricamente ha estado dominada por el conflicto.

Pese a la complejidad de la situación, los militares se abstuvieron de responder con armas para evitar una tragedia mayor, aplicando el principio de precaución frente al uso de la fuerza.

Por su parte, la canciller Laura Sarabia condenó lo sucedido, calificando la retención como un secuestro y solicitando acompañamiento internacional para garantizar el respeto a los derechos humanos y el pronto regreso de los uniformados a sus hogares.

La canciller de Colombia alzó la voz frente al secuestro de 57 militares en el departamento del Cauca, condenando con firmeza los hechos y solicitando la intervención de organizaciones internacionales. A través de un mensaje publicado en sus redes sociales, la jefa de la diplomacia colombiana pidió apoyo de entidades defensoras de derechos humanos y garantes de paz.