

La Tercera Guerra Mundial ya no es un invento: muchos países se están preparando para un eventual conflicto bélico que afecte a más de un país. En este marco, una nación anunció que se prepara e incluso desarrolló el búnker más seguro del mundo que sobrevive a cualquier ataque.
La posibilidad de que se desarrolle una Tercera Guerra Mundial es un debate real que genera preocupación entre los especialistas e historiadores. Las tensiones geopolíticas, los cruces entre las principales potencias por el uso de recursos y los avances tecnológicos en los armamentos son algunos de los factores que pueden desatar el caos bélico.
La reciente guerra comercial por los aranceles entre China y Estados Unidos, además, es una muestra más de la creciente tensión que viven dos de los países más poderosos del mundo hoy en día. En este marco, el resto de las naciones se posicionan a favor de uno y otro, e incluso se preparan para cuando se desate una eventual guerra.

Tercera Guerra Mundial: un país ya se prepara y creó el búnker más seguro del mundo
En medio de la escalada de violencia entre los principales países del mundo, un argentino diseñó el búnker más seguro del mundo y ha adquirido un extenso terreno de 32.000 hectáreas en el departamento de San Carlos, Mendoza. El lugar que busca salvaguardar a los habitantes está ubicado a unos 3.100 metros de altitud en la cordillera de los Andes.
El refugio fue denominado como Refugio Wamani y es ideal para aislar a una parte de la poblaciónante un posible ataque: se encuentra a 150 kilómetros de la ciudad más cercana y no cuenta con poblados en las inmediaciones.

¿Cuáles son las razones que desatarían una nueva Guerra Mundial?
Una nueva Guerra Mundial podría desencadenarse por una mezcla de factores económicos, políticos y militares que se retroalimentan y que juntos llevarían a una escalada de violencia sin precedentes.
El historiador y politólogo Yuval Noah Harari, entre otros, ha advertido que la tecnología podría ser uno de los factores que jueguen un rol desestabilizador ya que reducirá los costos humanos directos para las potencias que inician conflictos gracias al uso de armas autónomas o ciberataques.












