

Brasil impulsa uno de los proyectos estratégicos más ambiciosos de su historia contemporánea: el desarrollo de su primer submarino de propulsión nuclear, una capacidad reservada para muy pocos países en el mundo. La iniciativa apunta a transformar a la Marina brasileña y ampliar su margen de acción en el Atlántico Sur.
Este avance se integra a un plan de largo alcance destinado a reforzar la soberanía marítima y consolidar una industria naval de alta tecnología. Gracias a una inversión estatal continua y a la cooperación técnica con Francia, el país se prepara para incorporar un sistema que establecerá un hito regional y redefinirá su poder naval.
La construcción de un submarino sorprende a Sudamérica
El submarino se integra al programa PROSUB, una alianza estratégica entre Brasil y Francia que prevé la fabricación de cuatro submarinos convencionales y una unidad de propulsión nuclear. Entre 2022 y 2025, la Marina brasileña avanzó en la entrada en servicio de los modelos Riachuelo, Humaitá, Tonelero y Angostura, todos desarrollados a partir del diseño francés Scorpène, pero adaptados a las necesidades operativas del país.

La pieza fundamental del proyecto es el submarino nuclear SN Álvaro Alberto, cuya estructura comenzó a ensamblarse en octubre de 2023 dentro del Complejo Naval de Itaguaí. La nave contará con cerca de 100 metros de eslora, un desplazamiento aproximado de 6.000 toneladas y una dotación cercana a 100 tripulantes.
Si bien Brasil no fabrica armamento nuclear, sí posee autorización para desarrollar un reactor naval, lo que lo ubica, junto con Australia, entre los pocos países sin armas atómicas que avanzan en la construcción de una plataforma impulsada mediante energía nuclear.
Detalles técnicos del submarino más avanzado del continente
El desarrollo nuclear brasileño tiene antecedentes en la década de 1970, cuando se impulsaron proyectos para dominar el ciclo del uranio y diseñar un reactor apto para uso naval. Parte de ese conocimiento se trasladó luego al sector civil, pero el objetivo militar fue retomado en 2008 con el lanzamiento del PROSUB.
El reactor que impulsará al Álvaro Alberto será de fabricación nacional y utilizará un sistema de agua presurizada, un estándar común entre las principales marinas del mundo. Francia participa en el diseño del casco y en la transferencia de tecnología para los componentes no nucleares.
Los submarinos convencionales del programa, basados en el modelo Scorpène, cuentan con mejoras en tamaño y capacidades. Miden más de 71 metros, pesan alrededor de 1.870 toneladas y están equipados con torpedos F21, más modernos y eficientes que los utilizados previamente por la Marina brasileña.
Un desafío de ingeniería y una apuesta estratégica
La propulsión nuclear permitirá que el submarino opere durante períodos prolongados sin necesidad de salir a la superficie, ampliando su rango de acción en el Atlántico Sur. Esta capacidad es clave para la vigilancia de rutas marítimas, recursos energéticos y áreas estratégicas de interés para Brasil.
El presupuesto de 2023 asignó más de 100 millones de dólares para continuar el proyecto nuclear, además de recursos destinados al fortalecimiento de la industria naval. Para el gobierno de Lula da Silva, este programa representa una inversión estratégica de largo plazo y un avance tecnológico significativo.
Se estima que el desarrollo completo del PROSUB puede superar los 8.000 millones de dólares, sumando los submarinos convencionales, el submarino nuclear y la infraestructura del complejo naval de Itaguaí.
Estado actual y expectativas
El casco del Álvaro Alberto continúa en construcción y el proyecto avanza en paralelo con el desarrollo del reactor naval. La Marina brasileña prevé que el submarino entre en servicio en la próxima década, consolidando nuevas capacidades de operación en aguas profundas y misiones de largo alcance.
Si bien Brasil no busca equipamiento nuclear ofensivo, la incorporación de un submarino de propulsión nuclear marcará un hito tecnológico en Sudamérica. Otros países de la región, como Argentina y Chile, no tienen proyectos similares en marcha.
Con una de las costas más extensas del continente, Brasil apuesta a ampliar su presencia marítima y fortalecer su aparato naval. El submarino nuclear será una plataforma central dentro de esa estrategia de modernización y proyección oceánica.













