

Los componentes electrónicos que desechamos pueden contener un recurso valioso: oro de 22 quilates. Este hecho no es meramente figurativo; elementos como placas de circuitos, conectores y microchips albergan pequeñas cantidades de este metal esencial para diversas industrias.
Surge, entonces, la interrogante sobre cómo llevar a cabo su extracción de manera que no se contamine el entorno ni se incurra en costos exorbitantes.
La solución comienza a vislumbrarse a través de innovadores métodos de reciclaje que eliminan el uso de cianuro y minimizan el impacto en el medioambiente. Recientes investigaciones han demostrado que es factible recuperar oro de alta pureza mediante procesos más sencillos, selectivos y reutilizables.
Oro de 22 quilates en la basura: dónde buscar
El enigma se esclarece en las placas y contactos de los residuos electrónicos. Un equipo de ETH Zurich ha logrado recuperar oro mediante una esponja de proteínas derivada del suero lácteo, la cual captura selectivamente el metal y facilita su posterior fundición.
Durante sus experimentos con placas de computadoras, los investigadores obtuvieron una pepita de 22 quilates a partir de 20 placas madre, evidenciando una alta pureza y un proceso más sostenible en comparación con los métodos tradicionales.

Oro en la basura: el nuevo método australiano que alcanza 99% de pureza
Desde Australia, un equipo de investigadores de Flinders University ha sustituido el cianuro por ácido tricloroisocianúrico (TCCA), un desinfectante ampliamente utilizado en diversas aplicaciones. Mediante la combinación de TCCA con agua salada, se logra disolver el oro, el cual es posteriormente capturado utilizando un polímero de azufre de alta selectividad.
Al aplicar calor o un tratamiento químico, el metal se libera en su forma pura, permitiendo la reutilización del material. Los resultados obtenidos indican una pureza superior al 99% en ensayos realizados con placas y mezclas complejas, lo que representa un avance significativo en la seguridad tanto para los seres humanos como para los ecosistemas.
Esta metodología se presenta como una alternativa prometedora para las empresas recicladoras y la minería artesanal, que aún depende del uso de mercurio. Para implementar este proceso, se pueden seguir los pasos a continuación:
- Desmontar y triturar las placas que contienen contactos dorados.
- Lixiviar utilizando TCCA activado en agua salada para disolver el oro.
- Capturar el oro en el polímero de azufre selectivo.
- Liberar el metal mediante calentamiento o tratamiento químico y proceder a su fundición.
- Recuperar y reutilizar el polímero para nuevos ciclos de extracción.

Empleo sostenible y economía circular
Para el país, el atractivo es doble: se reducirían los desechos electrónicos en los vertederos y se fomentaría la recuperación local de materiales críticos para la tecnología y la energía, en consonancia con las metas de economía circular. Empresas de reciclaje y universidades han desarrollado un plan científico que les permitirá llevar a cabo pruebas piloto.
Si estas técnicas se implementan a gran escala, la gestión de e-waste podría generar oportunidades laborales en áreas como logística, tratamiento y sostenibilidad, al tiempo que disminuiría las importaciones de metales y los riesgos sanitarios asociados a productos químicos tóxicos.











