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Gracias a las condiciones extremas del permafrost, una momia perteneciente a la cultura Pazyryk fue hallada en las montañas de Altái, en Siberia, con la piel intacta. Esto permitió detectar y estudiar los tatuajes que cubrían su cuerpo, una posibilidad poco común en restos tan antiguos.

El hallazgo fue posible gracias al trabajo de un equipo internacional de científicos que empleó técnicas de escaneo en alta resolución y fotografía digital de infrarrojo para revelar detalles ocultos a simple vista.

Los resultados, publicados en la revista científica Antiquity, ofrecen una visión inédita de las prácticas culturales y artísticas de esa época.

Los tatuajes revelan una técnica avanzada y una división del trabajo

Los investigadores descubrieron que los tatuajes no eran simplemente decorativos. Según Gino Caspari, arqueólogo del Instituto Max Planck de Geoantropología y de la Universidad de Berna, las diferencias entre los dibujos en el brazo izquierdo y el derecho indican que participaron al menos dos tatuadores, o que un mismo artista pasó por diferentes etapas de desarrollo técnico.

Esta distinción sugiere que el tatuaje era una práctica formalizada, con personas dedicadas exclusivamente a este oficio, lo que rompe con la idea de que estas comunidades eran solo grupos nómadas o ganaderos. Por el contrario, se trataba de sociedades complejas con división de tareas y un sentido estético sofisticado.

Símbolos desconocidos podrían aportar pistas sobre una civilización perdida

Uno de los aspectos que más llamó la atención de los expertos fue la presencia de símbolos inusuales en los tatuajes. Aunque todavía no se ha determinado su significado, podrían estar relacionados con rituales, jerarquías sociales o incluso sistemas de creencias que aún no se conocen.

La posibilidad de que estos símbolos pertenezcan a una civilización aún no documentada abre nuevas líneas de investigación sobre las culturas que habitaron el sur de Siberia durante la Edad de Hierro.

Un puente entre el pasado y el presente: arte, técnica y humanidad

Los tatuajes hallados no solo muestran habilidad técnica, sino también una dimensión humana. La colaboración con tatuadores contemporáneos permitió a los científicos interpretar errores, correcciones y decisiones estéticas, lo que sugiere que los antiguos tatuadores tenían trayectorias de aprendizaje similares a los artistas modernos.

"El estudio nos acerca a quienes hicieron esos tatuajes. Nos muestra sus manos, sus elecciones y su arte", afirmó Caspari. Este enfoque permite reinterpretar a las civilizaciones antiguas desde una mirada más cercana, donde el arte también cumplía una función social y personal.