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Stephen Hawking, reconocido como una de las mentes más brillantes del siglo XX y XXI, no solo revolucionó la física teórica, sino que también puso en tensión a la Iglesia católica y a distintas religiones con sus declaraciones.

En su libro "El Gran Diseño" (2010), escrito junto a Leonard Mlodinow, Hawking sostuvo que el universo puede crearse a sí mismo de la nada gracias a las leyes de la física, afirmando: "No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y poner en marcha el universo".

Esta frase fue interpretada como una confrontación directa con la visión religiosa, que históricamente atribuía la creación del cosmos a una divinidad. En Colombia, donde la fe católica tiene fuerte presencia, sus palabras despertaron polémica entre fieles y académicos.

¿Cuál fue el último mensaje de Stephen Hawking sobre religión?

En su libro póstumo "Breves respuestas a las grandes preguntas" (2018), publicado meses después de su muerte, Hawking fue aún más explícito: "No hay Dios. Nadie dirige el universo". Con esta afirmación, el científico cerró cualquier ambigüedad sobre su postura personal, reforzando su convicción de que la ciencia podía responder preguntas que antes eran dominio exclusivo de la teología.

Estas declaraciones generaron titulares en todo el mundo y fueron leídas como una especie de "guerra intelectual" contra la Iglesia. En Colombia, filósofos y teólogos interpretaron sus palabras como un desafío a la tradición religiosa en un país donde la ciencia y la fe todavía conviven en constante tensión.

La grieta entre ateos y católicos tras la muerte de Hawking

La muerte de Stephen Hawking en 2018 no apagó el debate; al contrario, lo intensificó. Para muchos ateos y agnósticos, sus ideas representaron una validación de que la ciencia puede explicar el universo sin necesidad de un creador.

En contraste, líderes católicos defendieron que la fe no depende de teorías científicas, argumentando que la religión ofrece respuestas espirituales que la física nunca podrá abordar.

En Colombia, donde más del 70% de la población se identifica como católica, las reflexiones de Hawking encontraron eco en universidades, foros académicos y debates mediáticos. Su visión radical sobre Dios marcó una línea divisoria que aún se discute en el ámbito cultural y educativo.