

El hallazgo de Joaquinraptor casali en la Patagonia argentina devuelve a escena a los grandes carnívoros del Cretácico. Para la ciencia, no es solo otro fósil: es una ventana a cómo cazaban y qué comían estos predadores de hace 70 millones de años, en un ecosistema muy distinto al actual.
Los investigadores describieron un esqueleto parcial y extraordinariamente completo para su linaje, con partes del cráneo, las extremidades y la cintura escapular, publicado en la revista Nature Communications con participación de equipos de Argentina y Estados Unidos. Lo que encontraron dentro de la boca del animal disparó preguntas varias entre los científicos.
¿Qué había dentro de su boca? La pista que cambia la historia
Los paleontólogos identificaron, encajada entre los dentarios, la pieza de una extremidad de un pariente de cocodrilo (un crocodyliforme): un hueso atrapado justo en las mandíbulas del nuevo megarraptor. El estudio científico -con datos estratigráficos y anatómicos- confirma el hallazgo y sitúa al ejemplar en el tramo final del Cretácico patagónico.

Según agencias y medios internacionales, ese hueso sería el "último bocado" del depredador y explicaría cómo se alimentaba. El análisis de National Geographic detallan que el elemento corresponde a la pata delantera de un crocodiliforme y que el animal pudo haber muerto mientras comía.
Tamaño, garras y dieta del nuevo depredador patagónico
Joaquinraptor medía cerca de 7 metros, pesaba alrededor de una tonelada y pertenecía al grupo de los megaraptores, célebres por sus garras alargadas y brazos poderosos. Frente al modelo "morder y aplastar" de otros terópodos, este linaje habría apostado por la combinación de velocidad y zarpas para sujetar presas.
La histología ósea indica que el individuo tenía, como mínimo, edad subadulta tardía y ya era sexualmente maduro, de acuerdo con los autores y reseñas periodísticas. Eso lo coloca en lo alto de la cadena trófica regional, con presas que incluían crocodiliformes, juveniles de titanosaurio y hadrosaurios.
Dónde lo hallaron y por qué importa a la ciencia
El fósil procede de la Formación Lago Colhué Huapi (Chubut, Argentina), a solo unos metros del techo de la unidad: es decir, muy cerca del límite Cretácico-Paleógeno, el antes y después de la extinción masiva. Es uno de los megarraptores más tardíos y completos conocidos, lo que ayuda a entender la evolución final del grupo en Sudamérica.
Para usted, lector en Colombia, el valor está en la evidencia directa de dieta: no siempre es posible vincular depredador y presa en fósiles. Aquí, la pieza quedó atrapada en la boca. El relato de PBS NewsHour lo ilustra y aporta contexto sobre cómo estos registros cambian lo que sabemos de la ecología del Cretácico.
Un nombre con historia y un debate que sigue abierto
El nombre Joaquinraptor casali homenajea a Joaquín, hijo del autor principal, y al geólogo Gabriel Casal; el hallazgo incluyó campañas desde 2019, con trabajo de campo en la estepa patagónica.
¿Murió "masticando" al cocodrilo? Los propios autores y divulgadores plantean alternativas: pudo tratarse de carroñeo o de un accidente durante la captura. Aun así, la prueba en mandíbula es inusual y robusta, como subraya ScienceAlert.










