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La noticia sorprendió a la comunidad científica: un pez redescubierto después de décadas vuelve a poner el foco en la biodiversidad y en la fragilidad de los ecosistemas de agua dulce. Los investigadores ven en este caso una señal potente de que aún hay especies que sobreviven en silencio, lejos de los radares, y que requieren protección inmediata.

El caso tomó fuerza porque se creía que la especie llevaba 85 años sin aparecer y ahora cuenta con respaldo académico de la revista científica Zootaxa y cobertura en medios internacionales. La historia, en este marco, es una ventana para entender por qué la conservación de ríos y quebradas no es solo un tema científico, sino una necesidad cotidiana.

Se revela el misterio: qué especie volvió y dónde la hallaron

El pez es la cabeza de serpientede Chel (Channa amphibeus), reportado de nuevo tras más de ocho décadas. La reaparición fue difundida por ABC News y detallada en la revista Zootaxa, que documenta el redescubrimiento con rigor y datos técnicos.

Los autores confirman tres especímenes recolectados en 2024 y evidencia fotográfica en el río Chel, cerca de Kalimpong (Bengala Occidental, India). El trabajo también reconoce el rol de comunidades locales que conocen la especie y aportaron pistas sobre su presencia.

Así lo encontraron: pistas locales, fotos y ciencia

Los investigadores siguieron indicios sobre consumo local del pez y tardaron meses en ubicarlo con precisión. El redescubrimiento fue compartido por la Thackeray Wildlife Foundation y por divulgadores como Forrest Galante, que destacaron el esfuerzo de rastreo y el valor del conocimiento comunitario.

La publicación científica describe al pez como uno de los snakeheads más esquivos del mundo, con escamas verdes y bandas amarillas muy visibles. El sistema del río Chel, que desemboca en el Teesta, es considerado su hábitat endémico, lo que refuerza la urgencia de proteger esa cuenca.

Por qué importa y qué deja para Colombia

El hallazgo coincide con una alerta global: casi un cuarto de las especies de agua dulce están en alto riesgo de extinción, según datos citados por ABC a partir de la IUCN. Para Colombia, potencia hídrica, el mensaje es claro: monitoreo, restauración de riberas y control de contaminación deben ser política pública prioritaria.

Además, la participación comunitaria fue clave: sin reportes locales, el pez habría pasado desapercibido. En cuencas andinas y llaneras del país, fortalecer ciencia ciudadana y redes de pescadores puede marcar la diferencia entre perder una especie o volver a verla.