

Este martes se publicará el dato de inflación de septiembre. El ambiente no es neutro: las minutas del Banco de la República señalaron que la convergencia al 3% sería más lenta y que las expectativas subieron en los últimos meses.
De agosto quedó un número clave: el DANE reportó una inflación anual del 5,1% y una variación mensual de 0,19%. La tasa de política se mantuvo en 9,25% con votación dividida, reflejando cautela ante choques de alimentos, arriendos y comidas fuera del hogar.
Inflación de septiembre: cuánto sería y por qué
El escenario base que siguen varios analistas, incluido Grupo Cibest, estima una inflación mensual de 0,29% y una variación anual de 5,14%, lo que implicaría un tercer mes de repunte. Detrás aparecen tres motores: perecederos, servicios sensibles a indexación y bienes transables.

Alimentos: mayor presión en frutas, plátano y yuca; efecto de bloqueos en vías y costos logísticos.
Servicios: desaceleración más lenta en arriendos y alzas en comidas por fuera del hogar.
Bienes: impulso de cerveza, higiene personal, productos farmacéuticos y de limpieza, además de uniformes.
Regulados: alivio por electricidad, pero alzas en gas, transporte urbano, basuras, parqueaderos y agua.
Las presiones que vienen: salario mínimo y fiscal
Para el cierre de 2025, las encuestas de analistas elevan sus expectativas. El riesgo inmediato es la indexación: un salario mínimo 2026 muy por encima de la inflación trasladaría costos a servicios y regulados, amplificando la inercia de precios. La demanda interna aún muestra resiliencia y los transables sienten la depreciación pasada.
Otra capa de presión es la incertidumbre fiscal: mayor prima de riesgo y debates sobre la Regla Fiscal encarecen el financiamiento y pueden afectar tarifas reguladas. En este frente, equipos de investigación privados advierten que un ajuste nominal de doble dígito en el salario mínimo encarecería el IPC de 2026 por efectos de segunda vuelta.
Qué mira el Banco de la República: tasa y tiempo
Con una inflación anual cerca de 5% y expectativas al alza, el banco central ha optado por prudencia. Mantener 9,25% busca anclar expectativas y observar la trayectoria de alimentos, servicios y regulados antes de nuevos movimientos.

Claves para el dato de septiembre y su lectura: la magnitud del rubro de perecederos, la velocidad de la desindexación en arriendos y la respuesta de los regulados a los choques recientes. Un dato por encima del consenso prolongaría la cautela monetaria; uno menor abriría espacio para discutir recortes graduales.









