

Cada vez más personas buscan alternativas prácticas y accesibles para mantener sus hogares limpios y libres de bacterias. En medio de esa tendencia, ciertos productos de uso cotidiano han tomado protagonismo por su efectividad y bajo costo.
Uno de los consejos más comentados en redes y en portales especializados es la combinación de agua oxigenada y vinagre. Aunque se trata de dos líquidos muy comunes en cualquier alacena o botiquín, juntos pueden convertirse en una solución potente para combatir gérmenes y garantizar espacios más seguros.
¿Por qué funciona esta mezcla en la limpieza?
La unión de agua oxigenada y vinagre genera ácido peracético, un desinfectante de amplio espectro. Según portales especializados, esta sustancia es utilizada incluso en entornos hospitalarios e industriales por su capacidad para eliminar bacterias, virus y hongos.

En el hogar, se ha comprobado que aplicar vinagre y luego agua oxigenada sobre tablas de picar, mesones y utensilios de cocina reduce significativamente el riesgo de contaminación cruzada.
También es útil en superficies de baño, donde los gérmenes suelen proliferar con mayor facilidad.
Dónde y cómo aprovechar su poder desinfectante
Uno de los principales usos de esta mezcla es la desinfección de superficies en contacto con alimentos. Su aplicación ayuda a eliminar microorganismos como la E. coli y la Salmonella, que representan un riesgo para la salud.
Además, es efectiva en la limpieza de grifos, azulejos y superficies metálicas, donde las bacterias suelen acumularse. Incluso puede aplicarse para higienizar frutas y verduras, potenciando el efecto desinfectante de cada líquido cuando se usan por separado.
Precauciones para usarla de forma segura
Aunque es muy útil, los especialistas aclaran que no conviene almacenar la mezcla, ya que el ácido peracético es inestable y pierde efectividad con rapidez. Lo recomendable es preparar pequeñas cantidades justo antes de utilizarlas.

También es importante evitar recipientes cerrados, porque el compuesto puede liberar gases que resulten incómodos o irritantes. Del mismo modo, conviene limitar el contacto directo con la piel en altas concentraciones para prevenir irritaciones.











