En esta noticia

La laguna de Guatavita, ubicada a pocos kilómetros al norte de Bogotá, se ha convertido en uno de los sitios turísticos más emblemáticos de Colombia debido a su relación con la leyenda de ElDorado. Este cuerpo de agua fue central para la civilización muisca, reconocida por su avanzada organización social, su orfebrería y sus rituales religiosos que vinculaban al hombre con la naturaleza.

Durante siglos, la historia de la laguna y los rituales de los muiscas despertaron la fascinación de exploradores y viajeros. Hoy, además de su riqueza cultural, el lugar ofrece un recorrido natural donde los visitantes pueden disfrutar de paisajes únicos y conocer el legado ancestral de esta civilización precolombina.

La civilización muisca y la leyenda de El Dorado

Los muiscas, también conocidos como chibchas, habitaron el Altiplano Cundiboyacense desde el siglo VI a. C. hasta la llegada de los españoles en el siglo XVI. Su cultura se destacó por la orfebrería, la agricultura, el comercio basado en el trueque y una cosmovisión ligada profundamente a la naturaleza.

Según las leyendas, la civilización fue fundada por Bachué, diosa y madre de la humanidad, surgida del Lago de Iguaque junto a su hijo. Bochica, héroe civilizador, enseñó a hilar, tejer, cultivar y construir. Tras una gran inundación, el héroe abrió paso al agua a través del Salto del Tequendama, consolidando la mitología que rodea a los muiscas y su relación con lagunas sagradas como Guatavita y Siecha.

La laguna de Guatavita: rituales y la fiebre del oro

La laguna de Guatavita fue escenario de ceremonias donde los muiscas arrojaban joyas y tesoros al agua como ofrenda a sus dioses. Una versión de la leyenda indica que los difuntos eran colocados en canoas rodeadas de velas, flores y objetos preciosos antes de ser hundidos en la laguna. Otra versión señala que el cacique, cubierto de oro, lanzaba ofrendas anuales para honrar a las deidades.

El mito de estos rituales despertó la codicia europea. Los conquistadores emprendieron expediciones con la ilusión de encontrar El Dorado, llegando incluso a drenar parte de la laguna. Si bien encontraron oro y figuras, nunca hallaron la ciudad cubierta en oro que esperaban, consolidando la fama mítica de Guatavita.

Turismo en la laguna de Guatavita

Hoy, la laguna de Guatavita forma parte de un área protegida administrada por Parques Nacionales Naturales. Su acceso es regulado para preservar el ecosistema y garantizar la conservación de este sitio histórico. Los visitantes pueden recorrer los alrededores, apreciar la flora y fauna autóctona y sumergirse en la historia de los muiscas.

El trayecto desde Bogotá es de aproximadamente una hora y media por la Autopista Norte, cubriendo 57 kilómetros. El recorrido combina belleza natural con riqueza cultural, ofreciendo una experiencia única para quienes buscan conocer de cerca la historia que inspiró la leyenda de El Dorado.