¿Arrasa o no arrasa? La pregunta, como en la publicidad de las bujías, domina uno de los debates más decisivos en la política y economía del país. Se refiere, naturalmente, a cómo serán los resultados para el Gobierno en las elecciones nacionales. El promedio de las encuestas indica queLLA tiene altas probabilidades de que le vaya bien, pero en ningún caso se puede afirmar que vaya a arrasar. Las sorpresas, en todo caso, serían o que se cumpla ese anticipo o peor, casi un cisne negro, que al oficialismo le vaya mal y pierda. Para que se dispare un shock de confianza económica, se desplome el riesgo país y se acelere el ingreso de capitales, ganar las elecciones es una condición necesaria, pero no suficiente. Tanto en la provincia de Buenos Aires como en octubre, habrá que ver cómo, dónde y por cuánto se gana. Y lo más importante, qué hace el Gobierno con esa victoria. Uno de los últimos informes de JP Morgan resume la mirada del mundo financiero sobre el tema. Si el oficialismo, tanto en septiembre como en octubre, logra entre 35% y 40% de los votos será gusto a poco y las incertidumbres de hoy para la economía seguirán vigentes. Entre 40% y 45% se considera un buen resultado, aunque no alcanza para lograr mayorías contundentes en el Congreso. Más de 45% sería un éxito definitivo que dispararía una explosión de optimismo en los mercados. Un cisne negro que hoy parece poco probable, menos de 35% para LLA sería una tragedia y que el último en retirarse apague la luz. Lo que asusta a los mercados, el peronismo de Cristina, Máximo y Axel, va todo unificado, incluso con Massa. La oposición a ese tren fantasma divide votos: se ofrece la alianza del Gobierno con buena parte del PRO, más las listas de radicales, republicanos, peronistas no K, más intendentes del PRO que no aceptaron el acuerdo con la Casa Rosada. Si efectivamente se confirma una polarización entre el Gobierno y la oposición más dura de Fuerza Patria, las opciones de Somos Buenos Aires, Hechos y Potencia no representarían una amenaza relevante. Nadie está en condiciones de afirmarlo y por eso las dudas. La encuesta de CB consultores que sacudió al mercado al anticipar la semana pasada 18 puntos de ventaja a favor de Verónica Magario sobre Bondarenko en la tercera sección electoral, anticipa a la vez un final reñido entre el primero y el segundo en toda la provincia, y una clara polarización. Afirma que en la primera sección, hay leve ventaja para los candidatos de Milei. Y que la ventaja del peronismo cristinista en la tercera no le alcanzaría para ganar en el total de la provincia. En cualquier caso, la incertidumbre no se despeja. Aún con la percepción de que al Gobierno le irá bien en las elecciones o como mínimo salvará la ropa, encaminado el acuerdo con el FMI, con la inflación debajo de 2% y el tipo de cambio sin peligro en el medio de las bandas; el riesgo país oscila en torno de 750 puntos, las acciones argentinas caen 30% en el año y no salen de perdedoras, y para mantener al dólar quieto hay que llevar las tasas en pesos a niveles positivos récord, casi al triple de la tasa de inflación. Habrá que verificar ahora hasta dónde el anuncio de baja de retenciones al campo cambia la ecuación y hace más fluida la liquidación de divisas en el tercer y cuarto trimestre. Se calcula que hay unos 12.000 millones de dólares de soja maíz y trigo que podrían ingresar hasta fin de año. Hay un riesgo político que afecta la sostenibilidad fiscal por la demagogia del Congreso y los gobernadores con jubilaciones y transferencias a las provincias; pero hay cuestiones monetarias y cambiarias que ya venían afectando las expectativas antes que estallara el conflicto de los proyectos antiajustes. Carlos Melconian lo explica de esta manera: "El equilibro cambiario verdadero va a llegar cuando esté resuelto el financiamiento de todos los vencimientos de deuda del año que viene. Cuando el BCRA acumule las reservas para pagar todos los intereses, el riesgo país permita colocar deuda para refinanciar el capital y se termine de liberar el cepo que todavía rige para fondos de inversión y empresas. Mientras eso no ocurra, el valor del dólar ni flota ni es de equilibro". En la otra vereda, el optimista Salvador Distéfano insiste con apostar al peso a la hora de planificar inversiones: recomienda plazo fijo en bancos al 32% anual, LECAP corta al 29 de agosto casi al 40% y BONCAP al 15 de diciembre. Para los dólares, bonos globales que rinden hasta 12%. Y una ficha a las acciones de YPF. La economía real es otra incógnita sobre cómo se llegará al momento de votar. Salvo el informe de Poliarquía sobre consumo en las familias en el primer semestre, el resto de los indicadores son menos alentadores. A partir de abril, la economía empezó a frenar y no repunta. El tazazo para contener al dólar no es gratis. El costo del descubierto en bancos trepó de 40% a 80% anual. Vencen en agosto unos $ 30 billones de deuda y habrá que ver cuánta tasa deberá convalidar el Gobierno para contener la expansión. La dificultad para pagar los créditos aparece ahora entre las 10 principales inquietudes de las familias. Los niveles de consumo en mayo y junio cayeron según datos de la consultora Scentia. Según FIEL, la producción industrial en junio cayó entre 1% y 2% contra mayo, en tanto que está amesetada la actividad en Vaca Muerta y los gremios denuncian 1200 despidos y 2000 suspensiones. Amenazan con un paro por 48 horas a fin de mes. En el haber figura que el aumento del dólar no se trasladó por ahora a los precios, la inflación de bienes es menor que la de servicios y por lo tanto golpea menos a los sectores populares. Los salarios en mayo, por primera vez en el año, le ganaron a la inflación. Números y percepciones, pero nada que asegure la respuesta a la pregunta del momento: ¿Arrasa o no arrasa Javier Milei en octubre?