

El 13 de diciembre recuerda el descubrimiento del primer pozo petrolero en 1907 en Comodoro Rivadavia. El hallazgo, que se produjo cuando se estaba buscando agua para abastecer la región, puso al descubierto un insumo que desde entonces ha sido de gran importancia para nuestra industria.
Hoy, más de 100 años después, el desarrollo de la industria de los hidrocarburos sigue siendo fundamental para atravesar el siglo XXI, y fundamentalmente para la transición energética que transitamos a nivel global. En unos 30 años, el mundo se abastecerá en gran medida con energías renovables.
Por eso, el momento para tener una industria pujante y exportadora, con soberanía energética, es ahora. Los beneficios para la economía son evidentes dado que la venta de petróleo al exterior hará que ingresen los dólares que el país tanto necesita, como así también debe cuidar el abastecimiento interno.
Desde el descubrimiento del primer pozo a la actualidad, el país ha ido intensificando la explotación de hidrocarburos. Si bien en los comienzos el uso del petróleo era mínimo, ya se avizoraba su valor estratégico para el crecimiento. José Figueroa Alcorta, presidente argentino entre 1906 y 1910, apenas tomó conocimiento del hallazgo, decretó una reserva fiscal para proteger los nuevos recursos, decisión que marcó un antes y un después en el desarrollo energético de la nación.
Pocos años después, en 1922, el general Enrique Mosconi impulsó la creación de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), una de las principales empresas argentinas que fue la primera petrolera integrada verticalmente, dedicada a la explotación, refinación y comercialización de hidrocarburos. El presidente Hipólito Yrigoyen avaló la empresa estatal como eje clave para la protección de los recursos energéticos del país.
Otro de los hitos más recientes en la historia del petróleo fue el descubrimiento de Vaca Muerta, la cuenca de 30.000 km2 que se ha transformado en el eje de la producción de hidrocarburos no convencionales. Sus reservas de gas y petróleo no convencional la convierten en una oportunidad única para lograr excelentes resultados en producción y atraer grandes inversiones.

Desafíos para el petróleo argentino
Sin embargo, a pesar de la larga historia que tiene la producción de hidrocarburos en Argentina, nuestro país todavía no ha encontrado un rumbo estratégico para el desarrollo del sector. Hay un potencial que no estamos aprovechando por no tener una política clara en términos de soberanía energética. Sin un marco regulatorio que acompañe el crecimiento no será posible sacar el máximo beneficio de nuestros recursos naturales.
Actualmente, Argentina se encuentra en una posición privilegiada en términos de recursos energéticos. Tenemos las condiciones para convertirnos en grandes proveedores de petróleo, pero todavía quedan obras por realizar si queremos aprovechar nuestro potencial. La infraestructura no es la adecuada, por ejemplo, para abastecer de energía y empleo a muchas regiones del interior del país.
Mientras tanto, el descuido de los yacimientos convencionales en provincias como Mendoza, Tierra del Fuego, Salta, Tucumán, entre otras, representa un obstáculo transversal para el objetivo de la soberanía energética.
Nuestro país puede dar mucho más en materia de exportación energética pero para eso debería profundizar los proyectos offshore y mejorar las condiciones de inversión en el sector, como así también garantizar empleos de calidad y salarios fuertes por arriba de la inflación. Sin estas condiciones, el futuro energético argentino seguirá sufriendo de las falencias de siempre: falta de planificación y desabastecimiento.
* secretario general de la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles (FaSiPeGyBio)













