Se mueve el dólar, se agitan las tasas y la actividad se plancha. La Argentina entró en una fase en la que, en medio de sus necesidades financieras y al calor del debate político que alimenta el desafío electoral, la evolución de su economía va mutando de forma. Nunca registró un estancamiento tras la caída post devaluación, para marcar la "L" que proyectaban los más agoreros. Ni el despegue suave que imitara la "pipita de Nike" como preveían algunos economistas, según suele recordar en sus discursos el presidente Javier Milei. Pero la recuperación en "V" celebrada por el Gobierno, se encamina a mutar ahora en una raíz cuadrada, con una actividad que en la comparación interanual con un mal 2024 seguirá exhibiendo un crecimiento importante, pero que en el mes a mes parece haber pisado el freno, de acuerdo con lo que revelan los últimos datos. Y los números no se limitan solo al -0,1% que registró el Indec en mayo pasado para el índice desestacionalizado del Estimador Mensual de la Actividad Económica. Para junio, la consultora Equilibra calcula que el escenario se repitió y ese indicador no registró variaciones. Al tiempo que señala que ese freno en la actividad se extenderá en el segundo semestre, para acotar la expansión interanual de 6,2% que observó en la primera mitad del año a un 4,5% cuando termine 2025. El dato también se comprueba en la evolución de la actividad fabril, que según el Indice de Producción Industrial que elabora la consultora FIEL, registró en términos desestacionalizados una ligera caída en el segundo trimestre, al punto que el nivel de junio se encuentra 2,9% por debajo al de febrero último. La consultora alertó que "en varios sectores se agotó el efecto positivo de base de comparación, a lo que se suma el potencial impacto sobre la demanda de mayores tasas de interés sostenidas para contener el exceso de liquidez existente en la economía". El crédito tuvo un papel importante en la recuperación del crecimiento y la suba de tasas puede llegar a poner un freno a ese efecto. Pero la pulseada oficial con el sector bancario. los vencimientos que se vienen por delante y la pulsión argentina a buscar el refugio del dólar en tiempos preelectorales mantienen un escenario incierto a futuro. Por ello, no son pocas las empresas que prefieren esperar hasta las elecciones de octubre para ver si el resultado brinda señales de lo que vendrá. Es en esa línea en la que la expectativa del campo crece respecto de la posibilidad de una rebaja de las retenciones que el Presidente anunciaría el sábado, como una señal tendiente a impulsar uno de los motores de la economía argentina que, por lo pronto, ya mañana apagará su máquina de inyectar dólares al mercado.. Por ahora, es el tiempo del "wait and see" y hacer cuentas con la raíz cuadrada de la economía argentina.