El deterioro de la situación financiera volvió a poner sobre la mesa el debate respecto a la continuidad del estresado esquema de bandas cambiarias. En medio de un escenario de alta volatilidad preelectoral, las acciones políticas y económicas del Gobierno resultaron insuficientes para evitar la corrida al refugio del dólar, lo que alimenta la especulación sobre lo que vendrá. Hay al menos tres razones básicas para entender por qué el dólar y el riesgo país siguen en alza. Por qué fue tan efímero el respiro que tuvo la Casa Rosada, tras el pleno apoyo recibido apenas la semana pasada por parte de la administración Trump y el despertar de los agrodólares con las retenciones cero. La primera, precisamente, tiene que ver con el agotamiento del flujo de u$s 6300 millones que liquidaron las cerealeras a partir de la primavera fiscal que generó la eliminación de los derechos de exportación por apenas 48 horas. Sin esa oferta en el mercado y con la fuerte demanda que crecerá con el pago de sueldos de esta semana, el Tesoro tendría que dar uso a los u$s 2200 millones que compró en las últimas ruedas si pretende evitar que la divisa vuelva a romper el techo de la banda, como ocurrió hace menos de dos semanas. Lo que volvería las reservas al punto de partida, con el agravante de la recaudación perdida por la quita de retenciones. La segunda razón pasa por la apelación a Donald Trump como garante. Y es que más allá del anuncio de la próxima reunión bilateral el 14 de octubre en el Salón Oval, el presidente de Estados Unidos tiene sus propios problemas por estas horas para mantener su administración. De hecho, se cerró el gobierno de EE.UU. al no haber alcanzado un acuerdo con la oposición por los gastos. Lo que no solo implica que deberá suspender miles de estatales sino que, si la situación se extiende en el tiempo como le ocurrió en su primer mandato -el cierre duró cinco semanas-, además de lidiar con los demócratas que se quejan en nombre de los agricultores de su país por la ayuda a la Argentina, difícilmente pueda soltar un dólar en el corto plazo. A ello se suma un tercer motivo: la apuesta oficialista a superar este escenario está anclada en el resultado de las elecciones que se realizarán en 25 días. Pero lo que las encuestas marcan, hoy por hoy, es que la situación de fuerza parlamentaria no cambiará de manera tal que le permita avanzar con sus proyectos. El propio Milei sabe que necesitará del apoyo de los bloques y gobernadores dialoguistas para avanzar con las reformas estructurales que plantea para la segunda parte del mandato y que los inversores esperan. Otros economistas, como Domingo Cavallo, sacan cuentas y están seguros que también deberá dejar atrás las bandas cambiarias y liberar al dólar. La pregunta que se hacen es si eso ocurrirá antes o después de pasar por las urnas. Y cuántos dólares quedarán para entonces.