

Pocas veces en los últimos años un paquete de leyes debatidas en el Congreso tuvo tanto significado para los diversos actores económicos. Tras la ardua sesión en la que finalmente se aprobó la reforma previsional, al cierre de esta edición el Gobierno esperaba la sanción en el Senado del Presupuesto 2018 y la reforma tributaria, que ya contaban con el aval de Diputados.
Estas leyes y la reforma previsional ya sancionada, a los que habrá que sumar el debate a partir de marzo de la reforma laboral, constituyen para el Gobierno la primera pelea importante en el Parlamento luego de las elecciones de medio término en las que salió victorioso.
El Cronista consultó a varios economistas sobre qué dejan para la economía este conjunto de leyes. La percepción mayoritaria es que se trata de un primer paso para comenzar a bajar el costo argentino, mientras deja bien posicionado al Ejecutivo para encarar nuevas reformas en los próximos meses.
O sea, es un avance pero hace falta abordar otros temas clave de la agenda como la informalidad en el mercado laboral, mejorar marcos regulatorios, bajar la presión impositiva total e incluso trabajar sobre la competitividad por vía cambiaria. "En estos dos años, el Gobierno avanzó en la estabilidad macroeconómica, trabajó en la normalización de la economía con la baja del déficit fiscal y la inflación, y con este paquete de leyes empieza a transitar el camino para mejorar la competitividad de la economía", sostiene Dante Sica, director de Abeceb. Asegura que es importante que se apruebe el paquete de leyes porque "da señales para una baja de costos, mejora el balance de las empresas, da perspectivas para proyectos de inversión y elimina ineficiencias y distorsiones". Los incentivos abarcan la disminución del Impuesto a las Ganancias para las empresas que reinviertan sus dividendos, y el recorte gradual de los aportes patronales.
Por su parte, Camilo Tiscornia, director de la consultora CyT considera que "es importante que hayan pasado estas leyes porque suponen buenas perspectivas a mediano plazo". Explica que la reforma tributaria es "amarreta", reconoce que "marca un norte pero por el momento no hay nada porque las rebajas son graduales y en cinco años". Para Tiscornia, sin embargo, las claves pasan por "bajar la presión impositiva y lograr ser más eficientes en una economía que claramente será más abierta".
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Ecolatina, recuerda que la reforma previsional es más que nada un cambio del cálculo de actualización pero tendrá impacto a partir de marzo, mientras que la reforma impositiva "ayuda porque establece un ordenamiento , aunque es muy gradual". De todas maneras, aclara que "estas reformas no cierran para mejorar la competividad", en especial en un contexto en el que "el atraso cambiario está entre 20% y 25%", apunta.
"La reforma (impositiva) está bien orientada , pero Argentina tiene un déficit financiero de $ 600.000 millones", asegura Ramiro Castiñeira, director de Econométrica, quien recuerda que entre los cien impuestos vigentes, cuatro de ellos (IVA, Ganancias, Seguridad Social e Ingresos Brutos en las provincias) explican el 80% de la recaudación".













