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"Es increíble, increíble", repetía eufórico Diego Santilli al llegar al búnker de LLA en el Hotel Libertador ante la consulta de El Cronista acerca de cómo se sentía por el resultado. Antes, rodeado de su mujer, sus hijos, Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro y otros militantes del PRO más cercano a los libertarios, se había puesto a llorar.
Es que su saga fue, efectivamente, increíble. Contra el consejo de varios, aceptó el tercer lugar en la lista, y por esas cosas del destino terminó primero. Con una victoria en el 2021 y varios recorridos por toda la Provincia de Buenos Aires, estaba convencido de que era el mejor candidato disponible para ganarle al peronismo en el principal distrito, pero en el Gobierno no son demasiado abiertos con los "extraños".
Los Menem no le tenían confianza y trasladaron ese sentimiento a Karina Milei y Javier Milei. Pero "el Colo" aceptó el lugar que le dieron y siguió adelante, como aprendió en la dura escuela del PRO, donde las cosas no siempre salían como Santilli planificaba.
Tuvo 20 días de campaña y no protestó. Hizo trascender que consideraría un éxito perder por una diferencia que esté en un solo dígito, 9 puntos. En el búnker a las 18 estaban convencidos de que en Provincia perderían por 7, pero cuando esta periodista tuvo de una alta fuente que escrutados 87 por ciento de los votos estaban ganando por un punto, ya en el Gobierno estaban festejando. Eran las 20.30 y el resultado se mostraba inapelable.
El cómodo triunfo de Bullrich
La llegada de Patricia Bullrich fue más modesta. Nunca se había dudado de su victoria y estaba tranquila por eso. Ingresó por la entrada de invitados rodeada de sus secretarios y ninguno de sus cuadros políticos, ni el legislador Juan Pablo Arenaza, ni el diputado Damiån Arabia, tampoco el ex senador Pablo Walter, que se hizo cargo de buena parte de la campaña. Llegó temprano, antes de que cierren los comicios, y esperó los resultados.
Bullrich esperaba superar los 45 puntos, aunque ninguna encuesta revelaba ese número. Hablaban de 35, 38 puntos. Y una diferencia que podía llegar a más de diez puntos en relación a la lista de diputados que encabezó el abogado Alejandro Fargosi.
Pero todos esos pronósticos quedaron demasiado cortos. La actual ministra de Seguridad alcanzó los 50 puntos y mientras que Alejandro Fargosi sacó algunos menos. Quedaría en algún número cercano a 47 puntos, dejando muy atrás a otros candidatos que disputaron contra él (su desconocimiento y poca empatía con la agenda más republicana) como Ricardo López Murphy (Potencia) o Hernán Reyes (CC), que no lograron una banca.
Razones de la sorpresa
Entre las posibles razones de la sorpresa, hay algunas que están a la vista, como es el caso de la Boleta Única Papel (BUP). Pero el impacto en CABA, donde el clientelismo es prácticamente imposible, se acerca a lo inexistente. En cambio, sí impactó la eficiente campaña que realizó la dupla Karina Milei-Santiago Caputo a través de sus "delegados", Pilar Ramírez y Julián Hampton.
Algunas de esas claves fue la orden de evitar los debates ("solo benefician al que nos desafía"), realizar reuniones tipo "living" (en casas o cafés que permitan "la conversación y comunicación largas"), mostrar comprensión con los problemas económicos del electorado y no insultar, no criticar, no agredir, entre otros consejos que se siguieron a rajatabla, con un orden notable que después buscó trasladarse a escala nacional, cuando se redujo la responsabilidad de Eduardo "Lule" Menem.
La campaña tuvo otro cambio drástico. Luego del fracaso de "kirchnerismo, nunca más", el asesor Caputo se enfocó en mensajes empáticos, esperanzadores, sin furia ni motosierra.
El final a toda orquesta fue el spot con la voz de Cacho Castaña, meloso y entrador, dirigido especialmente al grupo llamado "las Mabeles", las señoras que vienen votando color amarillo hace 20 años y no se terminaban de decidir por los candidatos de Milei.
La foto con ¿los candidatos del 2027?
Todo ese nuevo paquete de campaña tuvo su broche de oro con el respaldo de Donald Trump y Scott Besset, el "tío Scotty" que por las razones que fueran respaldó como nunca Estados Unidos lo hizo con la Argentina, terminando con una historia de competencia que viene del siglo XIX, y dando inicio -quizás- a una nueva era, si Milei sigue los consejos políticos que escuchó en Washington DC.
Algo camina en ese sentido. La foto que presentó el triunfo tuvo de protagonistas a Diego Santilli y Patricia Bullrich, que ayer parecieron dar el mensaje de que serían los candidatos a gobernador de la Provincia de Buenos Aires y de Jefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, respectivamente.
"Basta de inventos, ni Manuel (Adorni) en CABA ni Sebastián (Pareja) en Provincia" ocuparían esos roles en el 2027. "No tienen la experiencia ni el volumen necesario", fue el comentario que se escuchó ayer en el Hotel Libertador.
El camino es largo. Faltan todavía dos años donde todavía todo puede cambiar. Pero no deja de ser notable que Santilli y Bullrich vengan del PRO. Son profesionales, podrían ser señalados como "casta", pero de alguna manera cruzaron el Rubicón. Y eso es lo que interesa hoy en la Casa Rosada.
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