El impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias, conocido popularmente como “Impuesto al Cheque”, fue impulsado en 2001 por Domingo Cavallo, exministro de Economía durante el gobierno de Fernando de la Rúa.
En medio del caos que generó el colapso económico y social en aquel entonces, cuando la etapa de la Convertibilidad enfrentaba el crecimiento de la deuda externa y el deterioro de la recaudación fiscal, Cavallo sugirió la creación de este tributo con carácter de emergencia.
Así, el Congreso sancionó el 24 de marzo la Ley 25.413, la cual permitió la creación del Impuesto al Cheque. Lo llamativo es que, a priori, tenía vigencia por un año (hasta el 31 de diciembre de 2002), pero aún sigue vigente en el sistema tributario argentino tras más de dos décadas.
No obstante, según datos que brindó la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), dicho gravamen recaudó $ 9.417.135 millones en 2024, lo que representó el 7,2% del total acumulado durante el año pasado.
“La recaudación tributaria consolidada argentina tiene un peso relativo del orden del 29% del PBI y se encuentra concentrada en relativamente pocos tributos. El IVA, el Impuesto provincial a los Ingresos Brutos, los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social, el impuesto a las Ganancias a personas humanas y jurídicas, el impuesto a Débitos y Créditos bancarios y los Derechos de exportación, aportan el 85% de la recaudación tributaria consolidada de Argentina”, señaló un informe que publicó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf).
Por lo tanto, el tributo tiene un peso significativo en la recaudación fiscal. Sin embargo, hace tiempo que los abogados tributaristas advierten que es un gravamen distorsivo y que, idealmente, debería ser eliminado o, al menos, analizarse una potencial rebaja de la alícuota.
Justamente, el debate en torno a uno de los impuestos que más dinero aporta a las cuentas del Estado volvió a dar tela para cortar, luego de que el economista Emmanuel Álvarez Agis sugiriera eliminarlo y reemplazarlo por un impuesto a la extracción de efectivo.
“La idea completa es, palo y zanahoria, eliminar el impuesto al cheque, que es una penalidad a la economía formal, y reemplazarlo por un impuesto al efectivo”, explicó el exviceministro de Economía y director de la consultora PXQ.

Dicha iniciativa generó controversias y las críticas no tardaron en llegar. En primer lugar, el presidente Javier Milei tildó de “ladrón” a Álvarez Agis y afirmó: “El que fue viceministro de economía de Kicillof propone de modo abierto robarte el 10% de tus ingresos que destines al consumo. Jamás piensan en achicar el gasto“.
Por su parte, el viceministro de Economía, José Luis Daza, consideró que estas propuestas “son las que han causado pobreza, subdesarrollo e inestabilidad” en el país.
Qué es el Impuesto al Cheque y por qué se lo considera como “distorsivo”
El Impuesto al Cheque se aplica por cada movimiento bancario. Es decir, es un tributo que abarca todas las operaciones de acreditación o débito que haya en una cuenta bancaria, personal o de empresas.
Por ende, ante un movimiento bancario, el sistema cobra 0,6% por depósitos y otro 0,6% por el cobro o retiro del monto (en total, un 1,2%).
“Es un impuesto en cascada sobre movimientos, no sobre renta ni consumo final. Penaliza el uso de la banca formal y encarece el giro de fondos en actividades de bajo margen, en especial Pymes”, explicó a El Cronista el tributarista y socio de Expansion Business Argentina, Diego Fraga.
Además, también indicó que el gravamen “no mide capacidad contributiva”, dado que “paga lo mismo quien mueve plata para producir que quien mueve por especulación”.
En esa misma línea, Mariano Ghirardotti, socio de Ghirardotti & Ghirardotti, señaló que el Impuesto al Cheque, simplemente, grava una transacción. “La crítica siempre fue que el Estado se lleva un 1,2% del dinero que estoy pasando a través de mi cuenta, lo cual no quiere decir que yo tenga plata. Hace un tiempo ese 1,2% se hace computable contra el impuesto a las Ganancias”, precisó.
En ese sentido, el especialista entiende que este tributo “genera la desbancarización de la economía” y, por consiguiente, “una propensión al crecimiento de la economía marginal”.

Vale remarcar que junto al Impuesto al Cheque conviven los regímenes de retención y de percepción de la provincia de Buenos Aires.
“En los bancos de PBA y en el resto de las provincias, al que está inscripto en Ingresos Brutos, le retienen -cuando deposita en su cuenta- Impuesto al Cheque e impuesto a los Ingresos Brutos”, describió Ghirardotti.
Por qué es complejo eliminar el Impuesto al Cheque, según los tributaristas
Mientras el Gobierno afina los detalles de la reforma tributaria, cuyo proyecto de ley será enviado al Congreso una vez que se produzca el recambio parlamentario, los tributaristas sostienen que es muy complejo eliminar por completo el Impuesto al Cheque, dado que atentaría contra el ancla fiscal.
Según un documento elaborado por el Iaraf, en Argentina hay 155 tributos, de los cuales doce generan el 94% de la recaudación total (diez son nacionales, uno provincial y uno municipal).
En síntesis, el informe, publicado a fines de mayo, indica que entre impuestos, tasas y contribuciones, 45 gravámenes dependen de la Nación, 25 de las provincias y 85 de los municipios.
Precisamente, dentro de los doce tributos que generan el “94 de la recaudación total”, se encuentra el Impuesto al Cheque.
De acuerdo con la interpretación de Diego Fraga, hay tres aspectos por los cuales se podría complicar la supresión de este gravamen.
“En 2024, explicó alrededor del 7% de la recaudación nacional. Es un impuesto ’barato y facilísimo de cobrar’ (lo recauda el banco en forma automática) y con muy baja evasión. Sacarlo sin reemplazo implica abrir un agujero inmediato en las cuentas públicas que hay que cubrir reduciendo el gasto, con más deuda, con otro impuesto o con emisión”, describió sobre el peso del tributo impulsado por Cavallo.
Y subrayó: “Es un impuesto que está metido en todo. Opera como percepción/pago a cuenta de otros impuestos (por ejemplo, Ganancias), se usa como herramienta de control y de cruce de información. Desarmarlo requiere rediseñar varios engranajes a la vez”.
En tercer lugar, marcó que el Impuesto al Cheque “es una fuente de recursos muy rápida para la Nación y, en parte, para las provincias”.
Por su parte, Mariano Ghirardotti entiende que la reforma tributaria que presentará el Ejecutivo priorizará “la simplificación del sistema tributario, achicar la enorme cantidad y las complicaciones que generan estos 150 impuestos, y hacer una un sistema tributario más chico con menos impuestos”.
En ese sentido, el experto prevé "algún incremento de tasas en los impuestos más importantes”, mientras que en paralelo se buscará eliminar paulatinamente “todos los impuestos chicos”, ya sea por derogación o por reducción de las tasas “para que sean lo menos distorsivos posible”.
Y resaltó: “No es fácil recambiar todo un sistema tributario [porque depende de la coordinación de los tres niveles de gobierno: Nación, provincias y municipios]. Además, hay que coordinar y arreglar con todos, tienen que votar. Los impuestos surgen del Congreso, no por decreto”.
Por lo pronto, el Presidente, durante una visita a las instalaciones de la acería Sidersa, brindó frente a empresarios algunas pistas de la reforma tributaria.
“Argentina tiene un problema de informalidad muy grande y por eso distribuye ineficientemente la carga fiscal del Estado”, afirmó.
En ese contexto, Milei expuso: “Queremos llevar adelante una reforma tributaria que tenga como norte la simplificación de impuestos. Por esto, vamos a buscar eliminar cerca de 20 impuestos que entorpecen a la economía argentina, sin tener un impacto recaudatorio”.

Impuesto al Cheque: el antecedente en el gobierno de Mauricio Macri
El expresidente Mauricio Macri intentó “licuar” el peso del Impuesto al Cheque, luego de que el gobierno nacional y los representantes de las provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires firmaran el Consenso Fiscal Federal 2017.
“La idea no era apagarlo de golpe”, aclaró Fraga. Es que, según mencionó, dicho acuerdo planteó:
- Aumentar gradualmente la posibilidad de computarlo como pago a cuenta de Ganancias (y en algunos casos IVA), sobre todo para empresas productivas; y
- Coordinar esa baja con la reducción de otros impuestos distorsivos (Ingresos Brutos, Sellos), dentro de un programa fiscal integral.
“Paralelamente, se dictaron normas que permitieron a mipymes computar 100% o porcentajes altos del impuesto contra Ganancias, lo que en los hechos reducía la carga sin resignar recaudación inmediata, porque se compensaba con un mejor desempeño del impuesto principal”, señaló el tributarista.
Sin embargo, el gobierno de Alberto Fernández puso en “stand by” ese pacto. “En 2019/2020, el nuevo Consenso Fiscal y la Ley 27.541 suspendieron los compromisos de reducción, frenaron la baja de otros tributos y, en los hechos, consolidaron al Impuesto al Cheque como fuente estructural de caja. Incluso se reforzó su uso sobre extracciones en efectivo de personas jurídicas, moviéndose en el sentido opuesto a la eliminación”, recordó.
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