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El Premio Nobel de Economía, Robert Merton, presentó una propuesta innovadora para resolver uno de los desafíos más apremiantes de las economías emergentes: cómo financiar las jubilaciones mientras se impulsa el desarrollo de infraestructura y se fortalece el mercado de bonos gubernamentales.

Fue durante la conferencia por el 30° aniversario de Fundación Capital, donde explicó cómo funciona el Retirement Security Bond (RSB), un instrumento financiero que podría transformar la manera en que los países abordan la seguridad previsional de sus ciudadanos.

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El RSB funciona como un bono gubernamental diseñado específicamente para replicar los flujos de pagos jubilatorios.

A diferencia de los instrumentos tradicionales, este bono garantiza ingresos constantes durante la edad jubilatoria, ajustados por inflación o consumo, eliminando así el riesgo de reinversión que tanto preocupa a los ahorristas.

La simplicidad de su diseño contrasta con la complejidad del problema que resuelve: permitir que incluso los trabajadores del sector informal puedan acceder a un sistema previsional confiable.

Merton fue enfático al explicar por qué solo los gobiernos pueden emitir este tipo de instrumento. Los Estados tienen la capacidad única de garantizar flujos reales de largo plazo, cuentan con ingresos naturalmente correlacionados con los pagos previsionales como el IVA, y poseen la infraestructura institucional necesaria para emitirlo sin costos adicionales.

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Además, el RSB cumple objetivos públicos que el sector privado simplemente no puede asumir: financiación previsional universal, estabilidad fiscal y desarrollo económico de largo plazo.

Un instrumento confiable con beneficios secundarios

Los beneficios secundarios del RSB resultan igualmente relevantes. El instrumento crea una demanda doméstica estable de deuda pública, reduciendo la dependencia de financiamiento externo volátil.

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Además, mejora el calce entre inversiones de largo plazo y su financiamiento, un problema crónico en mercados emergentes. Y al desarrollar el mercado de bonos local, puede reducir significativamente los costos de emisión futura para el gobierno.

La viabilidad práctica del RSB quedó demostrada con RendA+, implementado en Brasil en enero de 2023. Este primer caso probó que economías emergentes pueden adoptar exitosamente el instrumento, con montos de entrada accesibles y plazos predeterminados que se ajustan a las necesidades específicas de cada país.

El RSB funciona como un bono gubernamental diseñado específicamente para replicar los flujos de pagos jubilatorios. A diferencia de los instrumentos tradicionales, garantiza ingresos constantes, ajustados por inflación o consumo, eliminando así el riesgo de reinversión que tanto preocupa a los ahorristas.

Durante su exposición, Merton también compartió conferencia con el economista argentino Martín Redrado, quien disertó sobre el camino de convergencia macroeconómica necesario para generar previsibilidad en las principales variables económicas.

La complementariedad entre ambas presentaciones fue evidente: sin estabilidad macroeconómica no hay instrumentos financieros sostenibles, pero sin innovación financiera tampoco hay soluciones reales a problemas estructurales como la inseguridad previsional.

El RSB representa así un ejemplo concreto de cómo la innovación financiera puede resolver simultáneamente múltiples desafíos de política pública, ofreciendo una alternativa tangible para países que buscan fortalecer sus sistemas previsionales sin comprometer su estabilidad fiscal.