Al gobierno de Alberto Fernández le quedan 19 meses de mandato. En medio de las tensiones internas del Frente de Todos y de una situación económica que sigue siendo delicada, en Juntos por el Cambio saben que la posibilidad de regresar al poder es concreta. Son varios los nombres propios que se anotan para la contienda, lo que ya está generando algunos ruidos internos. No tanto a nivel coalición, sino especialmente dentro del PRO y la UCR, los dos partidos principales del espacio.

Si bien restan 19 meses de mandato, para el cierre de listas antes de las PASO faltan 15, y algunas elecciones provinciales seguramente se realizarán antes. Por eso, algunos dirigentes no quieren perder tiempo y ya juegan su partido, incluso a riesgo de mostrar sus cartas.

Uno es Gerardo Morales, quien no oculta sus intenciones de llegar a la Casa Rosada. Si bien hace hincapié en la importancia de que el radicalismo tenga un candidato a presidente, está claro que pretender él ocupar el lugar más relevante de la boleta.

El gobernador de Jujuy tiene una doble agenda: una como eventual candidato y otra como presidente de su partido. En ambas eligió tensionar su discurso. "Estamos frente al gobierno más ineficaz de la historia" había dicho a Radio Rivadavia, como una suerte de reafirmación de su rol opositor, luego de los varios cuestionamientos que recibió por sus vínculos con Alberto Fernández y Sergio Massa.

Pero puertas adentro de su partido también adoptó una posición similar. El diputado Alejandro Cacace presentó ayer un proyecto para dolarizar la economía, y Morales le cayó con todo. Dijo que es un proyecto "payasesco" y que es "una gran estupidez". Cacace es radical, pero está en el bloque Evolución, referenciado en Martín Lousteau. Para Morales fue una forma de enviar un dardo hacia el economista, y a la vez también de apuntar hacia el bloque que se escindió de la UCR en Diputados.

Esta actitud intransigente de Morales es recibida con sorpresa y tranquilidad en otros sectores del partido que también tienen aspiraciones nacionales. Creen que le puede jugar en contra al jujeño este elevado nivel en su tono y que se está apurando.

Su par del PRO, Patricia Bullrich, es otra de las que tampoco quiere perder tiempo. Luego de haberse corrido de la escena en 2021 y no haber sido candidata, no oculta sus intenciones de ir por todo en 2023. Se siente cómoda en la confrontación, bastante más que Horacio Rodríguez Larreta, otro de los que traza su horizonte en la Casa Rosada. Por eso es que no tiene problema en arriesgar nombres propios, estrategias y ponerse en carrera ella misma.

Sabe que otro nombre será clave en su eventual táctica, el de Mauricio Macri. Ambos apuntan a un electorado similar y sus destinos estarán vinculados.

Bullrich fue una de las organizadoras de un seminario que realizó Juntos por el Cambio esta tarde, en Parque Norte, sobre lucha contra el narcotráfico. Si bien el inicio estaba planeado para las 15 horas, llegó cerca de las 17, bastante después de que hubiera hablado Rodríguez Larreta, por lo que no se cruzaron.

El jefe de gobierno porteño destacó números de seguridad del gobierno de Cambiemos. A modo de arenga sostuvo que "vamos a volver al gobierno en 2023 y esta va a ser una de las prioridades". También tuvo un extraño desliz cuando criticó al gobierno nacional al decir que "durante la pandemia, en lugar de ser inflexibles, liberaron los precios", a pesar de que seguramente quiso decir "presos".

A pesar de las diferencias que hay entre ambos, y que habían quedado expuestas, Bullrich y Morales están en una misma sintonía y no dudan en avanzar hacia una posible candidatura. Incluso el jujeño, cuando terminó el seminario en Parque Norte, aseguró que "Patricia fue la mejor ministra de Macri". Distintos, pero decididos a dar la pelea.