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El transporte público del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) enfrenta este jueves una de sus crisis más tensas del año. La Unión Tranviarios Automotor (UTA) ratificó su advertencia: si para la medianoche del 5 de diciembre los trabajadores no tienen acreditado el salario completo de noviembre y el medio aguinaldo correspondiente a diciembre, mañana viernes no circularán los colectivos en las líneas donde persistan los incumplimientos.
“No estamos dispuestos a financiar la deuda de las empresas con nuestros sueldos”, declaró Mario Calegari, vocero del gremio, en diálogo con medios porteños. El dirigente fue categórico sobre la postura sindical y se respaldó en la legislación vigente, que establece que el cuarto día hábil es el plazo máximo para abonar las remuneraciones mensuales.
Sin embargo, desde UTA confiaron a El Cronista que “la gran mayoría de las empresas acordaron, con lo cual el panorama está bastante controlado. Salvo alguna empresa puntual, la gran mayoría va a estar funcionando mañana (por este viernes) sin problema. Esto por la publicación del ajuste de subsidios efectuada en el día de la fecha”.
Paro de colectivos: empresas sin plata, trabajadores sin cobrar
La crisis se origina en un escenario económico complejo, donde gran parte de las compañías de transporte sostiene que no dispone de fondos suficientes para cumplir con las obligaciones salariales. Las cinco cámaras empresarias del sector —AAETA, CEAP, CETUBA, CTPBA y CEUTUPBA— enviaron semanas atrás una carta conjunta a los secretarios de Transporte (Luis Pierrini) y de Trabajo (Julio Cordero) advirtiendo sobre una situación que califican de crítica.
Las empresas propusieron pagar los sueldos de noviembre en dos tramos y fraccionar el aguinaldo en seis cuotas, argumentando demoras en las transferencias de subsidios nacionales. Para la UTA, ese esquema es inaceptable. Representa trasladar la crisis económica directamente a los bolsillos de los trabajadores, quienes ya vienen perdiendo poder adquisitivo desde hace meses.
El salario básico de un chofer inicial en el AMBA quedó establecido en $ 1.140.000 a partir de noviembre, según el acuerdo paritario firmado en octubre de 2025. Para diciembre, el monto asciende a $ 1.160.000, y en enero de 2025 alcanzará los $ 1.200.000. Estos valores surgieron de una negociación a contrarreloj que evitó un paro en la última semana de octubre, cuando la UTA ya había advertido sobre medidas de fuerza si no se reconocía una recomposición salarial ante la inflación acumulada.
La respuesta del Gobierno: más subsidios sobre la hora
En un intento por desactivar el conflicto, el Gobierno nacional publicó este jueves 4 de diciembre en el Boletín Oficial la Resolución 86/2025, que aprueba una nueva matriz de costos y compensaciones tarifarias para las empresas de colectivos urbanos y suburbanos del AMBA.
La actualización abarca los períodos de noviembre y diciembre de 2025, y establece que este último cálculo será aplicable para los meses subsiguientes hasta tanto se apruebe una nueva matriz. En la normativa, la Secretaría de Transporte actualizó diversos componentes del costo operativo: salarios (incluyendo el básico conformado para conductores, viáticos y premios estímulo en el Gran La Plata), precio del gasoil con su carga impositiva, insumos y servicios, valor del parque móvil (chasis y carrocerías) y costo de las pólizas de seguro de responsabilidad civil.

Los subsidios nacionales y provinciales para noviembre ascienden a más de 185 mil millones de pesos, de los cuales unos 77 mil millones son aportados por la provincia de Buenos Aires. La resolución oficializa también los montos de diciembre, que resultan apenas un 0,02% superiores a los de noviembre.
Según fuentes oficiales, esta inyección de fondos permitirá “normalizar los pagos” a los trabajadores, ya que las empresas contarían con recursos adicionales para afrontar sus obligaciones. Sin embargo, la medida llegó al límite del plazo legal, generando desconfianza tanto en el gremio como entre los propios choferes.
La UTA: “Si aparece la plata, salimos a trabajar”
Mario Calegari fue claro sobre el escenario para este viernes: “No sé si voy a cobrar mi salario. Si lo tengo acreditado a la noche, trabajamos. Si no, habrá retención de tareas con presencia en las respectivas empresas hasta que aparezca el pago”.
El dirigente diferenció la retención de tareas de un paro formal. En el primer caso, los trabajadores se presentan en sus empresas, pero no prestan servicio hasta que se concrete la acreditación bancaria. Es una estrategia que la UTA ya utilizó en conflictos anteriores y que permite mantener la presión sin violar formalmente la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo en octubre.
La medida de fuerza afectaría a todas las líneas del AMBA que operen bajo jurisdicción nacional, de la Ciudad de Buenos Aires o de la provincia. Entre las líneas que podrían quedar paralizadas se encuentran: 4, 6, 7, 12, 23, 25, 26, 34, 39, 42, 44, 47, 50, 61, 62, 64, 65, 68, 76, 84, 90, 99, 102, 106, 107, 108, 109, 115, 118, 132 y 151, entre muchas otras que prestan servicio en el conglomerado urbano.













