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El Gobierno recibió un respaldo contundente, luego de que el secretario del Tesoro de los EE.UU., Scott Bessent, confirmara el acuerdo con Argentina para activar una línea de swap de u$s 20.000 y la compra de pesos en el mercado cambiario.

El anuncio sorprendió a los inversores, que no esperaban un apoyo político y financiero de semejante magnitud. Claramente, ese asombro se tradujo en un nuevo optimismo respecto de la gestión mileísta.

Bajo este contexto, el dólar oficial minorista, que había alcanzado los $ 1515 -máximo histórico- a mediados de septiembre, retrocedió con fuerza en las dos últimas ruedas, por lo que ahora se ubica por debajo de la línea de los $ 1400 (se mantiene a $ 1380). Por su parte, el mayorista, cuyo valor venía siendo contenido por ventas del Tesoro, se alejó de la zona del techo de la banda de flotación (hoy en $ 1487,61).

Sumado a ello, el jueves, día en el que Bessent brindó detalles exclusivos del acuerdo con Argentina, se desató un rally masivo en los bonos soberanos argentinos. Incluso, esa misma jornada las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street subieron casi 30%.

Al respecto de ello, el economista y expresidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado, analizó el porvenir del acuerdo con Donald Trump y sostuvo que el swap de monedas no será suficiente para enderezar el rumbo económico.

"Argentina tiene que construir sobre dos pilares fundamentales: el equilibrio presupuestario y que el BCRA no emita papeles de colores para financiar al sector público. Ahora, esto no es suficiente. Si seguís con más de lo mismo, solo vas a tener cuatro sectores que van a ser competitivos: el campo, aún con retenciones, la minería, la energía, los servicios del conocimiento y la inteligencia artificial", aseguró en diálogo con TN.

Y destacó: "Argentina necesita un programa económico integral, trabajando sobre los aspectos impositivos, los aspectos de integración productiva con el mundo, la infraestructura, los costos de logística, la formalización de una cantidad de pymes que hoy no están formalizadas. Eso es lo que necesita Argentina para volver a ganar confianza de los mercados internacionales; dejar de depender de EE.UU. como hace cualquier país normal".

Otro aspecto en el que hizo énfasis el director de la consultora Fundación Capital fue sobre la acumulación de reservas, un punto que se encuentra bajo la lupa del Fondo Monetario Internacional (FMI).

"Siempre hay riesgos en una elección en términos de dolarización de la gente. Argentina es un país bimonetario, y el resguardo es siempre el dólar. El equipo económico tendría que haber previsto esto. Yo le daría la razón a la parte económica; no haber acumulado reservas en un momento de vacas gordas. Si uno analiza los períodos preelectorales, siempre tenés dolarización", aseveró.

Por ese motivo, dejó en claro que el Gobierno debe aprovechar este interín para recalibrar su plan de compra de dólares. "Se necesita pericia para ir comprando de a poco, sin poner presión cambiaria. Sería mucho mejor ir liberando también las distintas restricciones que hay en el mercado cambiario, para que haya más oferta de divisas. Y, por supuesto, generar incentivos para que los dólares que están en la informalidad puedan pasar a la economía formal", enumeró.

Posteriormente, fue consultado respecto a qué va a pasar con el dólar y si es factible que persista el actual esquema cambiario después de las elecciones del 26 de octubre, pese a que el ministro de Economía, Luis Caputo, sostuvo que no habrá modificaciones en el régimen de bandas.

"O bajamos los costos de producción, o el tipo de cambio va a tener tensiones. Argentina no puede soportar tener una salida de u$s 11.000 millones por servicios (tarjetas de crédito o turismo). Para mí, el camino es el de mejorar la productividad y bajar los costos", analizó.

¿El swap con EE.UU. es deuda? La opinión de Martín Redrado

Por empezar, un swap es un mecanismo por el cual dos agentes (gobiernos, bancos, empresas) se comprometen a cambiar divisas o dinero en ciertas fechas. Esto, inicialmente, servirá para engrosar las reservas del Banco Central.

Para Redrado, esta operación podría utilizarse para recompra de deuda. "¿Qué significa esto? Que el equipo económico lo que va a hacer, en un futuro inmediato, es licitar la deuda de corto plazo que debe Argentina. Y los tenedores de bonos, que tienen inversiones en bonos argentinos soberanos, si les parece que está muy barato, los venderán. Eso va a hacer subir el precio de los bonos y va a permitir bajar la tasa de interés", señaló.

Y ahondó: "Si eso se utiliza para recomprar deuda, por un lado estás teniendo un nuevo endeudamiento, pero estás bajando endeudamiento. La comparación que tenemos que hacer es cuánta deuda se recompró".