Un mercado global saturado de crudo permitió que Donald Trump diera un vuelco a la prudente política energética de Estados Unidos esta semana, al imponer sanciones a las dos mayores petroleras rusas. El Departamento del Tesoro de EE.UU. ejecutó un cambio abrupto de política al incluir a Rosneft y Lukoil en su lista negra de sanciones el miércoles, en un intento por debilitar el fondo de guerra de Vladímir Putin y forzar a Rusia a negociar el fin del conflicto en Ucrania. Detrás de la medida se encuentra la fuerte caída de los precios globales del crudo, que otorgó a Washington más margen para apuntar al petróleo ruso. Trump y el expresidente Joe Biden habían sido reacios a sancionar directamente a las compañías petroleras de Moscú por temor a disparar los precios de la energía. Pero el mundo ya no sufre escasez de crudo. La Agencia Internacional de Energía prevé un exceso de oferta de 3,2 millones de barriles diarios (b/d) desde este mes hasta junio de 2026. Antes había estimado un superávit de 2 millones de b/d que se prolongaría hasta bien entrado el próximo año. Jason Bordoff, director fundador del Center on Global Energy Policy de la Universidad de Columbia, afirmó que un mercado con inventarios amplios y en aumento facilita mucho más que Estados Unidos apriete las tuercas a Rusia que en la época de la administración Biden. Esta semana, antes del anuncio de sanciones, el precio del crudo Brent cayó a un mínimo de cinco meses, apenas por encima de los 60 dólares, unos 20 dólares menos que el promedio de los cuatro años de presidencia de Biden. "Si hoy el barril estuviera a 80 dólares, no creo que Trump hubiera tomado esta decisión", señaló Scott Sheffield, veterano del sector petrolero y exdirector de Pioneer Natural Resources. "Trump tuvo que elegir entre enviar misiles Tomahawk a Ucrania o imponer más sanciones a Rusia, y eligió las sanciones porque es una opción mucho menos arriesgada." El precio nacional de la gasolina -un indicador clave para una administración Trump centrada en combatir la inflación- cayó el domingo a su nivel más bajo en casi cuatro años, justo por debajo de los 3 dólares por galón, según datos de GasBuddy. Las medidas del Tesoro sientan las bases para que la Casa Blanca imponga sanciones secundarias a bancos chinos e indios, restringiendo su acceso al dólar y obligándolos a cortar lazos con empresas rusas. Jeremy Paner, experto en sanciones del bufete Hughes Hubbard y exfuncionario de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac), explicó que es un primer paso necesario que permite a Ofac amenazar a los bancos indios y chinos que mueven dinero del petróleo ruso, porque activa la posibilidad de imponer el tipo de sanciones que más les preocupan. Amos Hochstein, quien lideró la diplomacia energética de Biden, advirtió que abandonar esa política podría provocar un alza de precios y consecuencias imprevistas para EE. UU. y sus aliados. "Si el precio sube mucho, cualquier pérdida para Rusia por las sanciones se compensa con lo que gana por el aumento del precio. Y si el precio sube demasiado, los rusos ganan y los consumidores estadounidenses y nuestros aliados pierden." Aunque Trump siguió inicialmente un enfoque similar, la frustración por los estériles intentos de lograr que Putin pusiera fin al conflicto empujó a la administración a cambiar de rumbo. Fred Fleitz, vicepresidente del American Security Program en el America First Policy Institute, dijo que mientras Putin pareciera dispuesto a dialogar y Trump creyera que valía la pena, estaba dispuesto a darle una oportunidad a esas conversaciones. Pero también cree que Trump ha demostrado que tiene un límite en cuanto tiempo dejará avanzar negociaciones como estas. Expertos petroleros señalaron que la estrecha relación entre Trump y el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman -quien visitará Washington el próximo mes- ayudó a crear las condiciones para una acción más dura de EE.UU. La OPEP+ comenzó a aumentar su producción desde abril en un movimiento sorpresivo que hizo caer drásticamente los precios del crudo. Esto siguió a los pedidos de Trump para que la organización incrementara la oferta y así enfriar los precios, contener la inflación y reducir los ingresos energéticos de Rusia. Kevin Book, jefe de investigación en ClearView Energy Partners, destacó que lo significativo de esta decisión de Washington es la naturaleza coordinada de las sanciones con los aliados europeos. El Reino Unido ya sancionó a estas empresas y esto demuestra una estrecha cooperación. Sheffield añadió que Trump mantiene una relación muy cercana con Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, algo que Biden no tenía. Y cree que probablemente hubo conversaciones -no tiene pruebas- pero sí discusiones tempranas para que los saudíes recuperaran parte de su cuota de mercado.