Hay muchos problemas para los que los aranceles parecerían una solución, pero en casi todos los casos existen alternativas mejores, más específicas y menos derrochadoras.
La hipertensión tecnológica no estalló, pero el pulso del mercado late cada vez más rápido: el dinero fluye al equity, mientras el crédito, el corazón real del sistema, empieza a mostrar fatiga.