
Llegó la represión financiera y ya le causa dolores de cabeza a los inversores. Aunque por ahora sea poco más que una frase que se repite en los mercados, cada vez más estrategas creen que define exactamente el modo en que los mercados de deuda soberana son distorsionados por las políticas de los bancos centrales y los gobiernos que mantienen las tasas de interés en niveles históricamente bajos.
En Estados Unidos y el Reino Unido, el rendimiento real sobre los bonos, o sea ajustado por la inflación, está en su nivel más bajo desde la década de los 70. Si lo que buscan los bancos centrales es evitar que los mecanismos del mercado respondan a la inflación lo que es un elemento de la represión, esto plantea grandes preguntas a los inversores en materia de estrategia de asignación de activos.
Andreas Utermann, director de Inversión de Allianz Global Investors, no tiene dudas: Es evidente que estamos en una fase de represión financiera. Los bancos centrales fueron claros: están manipulando los mercados de capital. Esto implica que habrá continua incertidumbre.
Para los bancos, la gran preocupación es tener que convertirse en compradores cautivos de deuda soberana. En realidad, la evidencia en España e Italia después de que el Banco Central Europeo brindara préstamos baratos en diciembre y febrero sugiere que esto ya está pasando. Gran parte de los miles de millones de euros en dinero barato del BCE se usó para comprar deuda gubernamental de la eurozona, lo que hizo caer los rendimientos de los bonos.
Al mismo tiempo, la búsqueda de activos que sirvan como refugio, combinado con la decisión de emitir dinero para comprar títulos de deuda en EE.UU. y Reino Unido, significa que los rendimientos están muy por debajo de los índices de inflación en los mercados de bonos estadounidenses y británicos, y lo mismo ocurre en Alemania. Principalmente por razones regulatorias, Allianz, la aseguradora alemana, tiene 90% de sus activos en instrumentos de deuda y sólo 6% en acciones.
Pero los estrategas sostienen que, en vez de seguir volcando dinero en deuda de bajo rendimiento, como sugieren los gobiernos y los bancos centrales, los inversores pueden escapar a la represión, y una manera de hacerlo es optar por acciones o crédito corporativo, o sea los llamados activos de riesgo. Cuando los rendimientos reales son negativos, la gente busca activos que por lo menos le brinden un retorno real, dijo Hans Lorenzen, analista de crédito del Citi.
El problema es determinar si esta estrategia tiene sentido a mediano y largo plazo. Lorenzen sostiene que analizar el último gran período de represión financiera de posguerra con fuertes retornos en acciones y bajos spreads crediticios, en los años 50 y 60, puede ser engañoso. Era un mundo distinto. La represión no era un problema para los retornos de los activos de riesgo como las acciones y el crédito porque el crecimiento era fuerte y las tasas de default, bajas, explicó Lorenzen.
Hoy es diferente. Se espera que el crecimiento en los países desarrollados, especialmente en Europa, sea mediocre, y el desapalancamiento, o reducción de deuda, es un proceso mucho más generalizado, lo que no es de buen augurio para los activos de riesgo.











