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Diciembre trae dos clásicos argentinos: el calor y el aguinaldo. Y mientras el termómetro sube, también aparece una pregunta necesaria: ¿se gasta, se guarda o se invierte?
Para muchos, el Sueldo Anual Complementario (SAC) funciona como un salvavidas de corto plazo; para otros, puede ser el primer ladrillo de una estrategia financiera más ambiciosa. La diferencia no está en el monto, sino en la decisión.
El aguinaldo no es un “extra” mágico. Es un ingreso obligatorio, regulado por la Ley de Contrato de Trabajo, que equivale al 50% del salario mensual más alto cobrado en el semestre.
La segunda cuota debe pagarse hasta el 18 de diciembre de 2025, con un margen operativo que estira la acreditación hasta el 24. Justo a tiempo para Navidad y para cometer errores financieros clásicos si no hay planificación.
Cabe destacar que para muchos argentinos la prioridad será cancelar deudas, especialmente las de tarjeta de crédito, una decisión financiera sana. Ahora bien, para quienes logran llegar a fin de año con cierto oxígeno, el aguinaldo puede cumplir otro rol, el de transformarse en inversión.
Ahí aparece la diferencia entre consumir el aguinaldo o usarlo estratégicamente. Para quienes no arrastran urgencias financieras, este ingreso puede convertirse en capital y en una forma de empezar a invertir sin tocar el salario mensual.
El aguinaldo, por sí solo, no cambia una ecuación patrimonial. Pero puede funcionar como punto de entrada al mercado, ordenar el ahorro y aprovechar un momento del año en el que muchos activos todavía ofrecen precios atractivos.
Cambio de clima en Wall Street: menos tecnología, más selectividad
En las últimas semanas, Wall Street empezó a mostrar un cambio de clima. Los inversores recalibraron las expectativas de nuevos recortes de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed) para el próximo año y el mercado dejó de moverse en bloque y pasó a operar de manera mucho más selectiva, explican los expertos de Inversiones Andinas a El Cronista.
El panorama quedó claro en el cierre de la semana pasada. Mientras el Dow Jones avanzó 1,1% y marcó nuevos máximos históricos, el S&P 500 retrocedió 0,6% y el Nasdaq Composite cayó 2%. Un comportamiento dispar que rompe con la dinámica dominante de los últimos años.
Durante un largo período, el mercado estadounidense pareció tener una sola narrativa: tecnología, grandes nombres del Nasdaq y flujos concentrados en growth.
Sin embargo, hacia el cierre de 2025 empiezan a aparecer señales más evidentes de agotamiento. “Con valuaciones exigentes en el sector tecnológico y un contexto macro que vuelve a premiar la estabilidad y los balances sólidos, los inversores comenzaron a buscar alternativas con precios más razonables”, explica Federico Victorio, cofounder de Inversiones Andinas.
En ese marco, el mercado empieza a inclinarse hacia sectores tradicionales, acciones de valor y segmentos históricamente más resilientes en fases de transición del ciclo económico. La rotación se volvió visible: salida parcial de tecnología cara y mayor interés por activos con perfiles más equilibrados.

Desde Inversiones Andinas confirman esta lectura. “Adoptamos una postura más cautelosa respecto del equity tecnológico estadounidense, privilegiamos exposiciones con un perfil más defensivo y orientadas al valor”, señala por su parte Erika Mildre, asesora financiera senior de la firma.
En paralelo, otro indicador que empieza a ganar protagonismo es el Russell 2000. “El mejor desempeño relativo de las small y mid caps, más ligadas a la economía doméstica de Estados Unidos, suele ser una señal típica de rotación cuando el mercado busca diversificar fuera de los grandes nombres tecnológicos”, asegura Victorio.
Para los inversores que en estas semanas cobran el aguinaldo y buscan alternativas para dolarizar ahorros, los Cedears aparecen como una vía directa para capturar esta dinámica.
“Entre las opciones destacadas sobresale Berkshire Hathaway (BRKB), el holding liderado por Warren Buffett, un activo que suele mostrar mayor estabilidad en contextos de mayor prudencia”, comenta Mildre.
“A esto se suma el sector salud, accesible a través del ETF XLV, con demanda estructural y menor sensibilidad al ciclo económico, y el ETF IVE, que agrupa acciones de valor del S&P 500 con múltiplos más moderados y mayor peso en dividendos”, agrega la estratega.
Para quienes buscan una diversificación adicional, el ETF EEM permite exposición a mercados emergentes, que podrían verse favorecidos por un escenario de tasas internacionales más bajas, aunque con mayor volatilidad y una lógica claramente de largo plazo, señalaron los expertos.
Finalmente, la rotación también alcanza a la renta fija local. Obligaciones negociables de primera línea como YM34O (YPF), VSCVO (Vista Energy) o TLCPO (Telecom Argentina), con tasas internas de retorno en torno al 8%, vuelven a ganar atractivo como complemento en carteras en dólares, ya que aportan previsibilidad en un mercado que dejó atrás la euforia y volvió a premiar la selectividad, concluye Victorio.
Dolarizar el aguinaldo y hacerlo rendir: qué mira hoy el mercado
En paralelo, para quienes priorizan dolarizar el aguinaldo antes de decidir en qué invertir, desde IOL Inversiones destacan que contar con una operatoria simple y sin fricciones sigue siendo clave para resguardar valor, especialmente en perfiles conservadores.
En ese sentido, recomiendan Dólar MEP Simple, una operatoria 100% online que permite convertir pesos a dólares en un solo clic, con acreditación inmediata y sin restricciones. Una vez realizada la operación, los dólares quedan disponibles al instante para invertir o transferir.
Ya con los fondos dolarizados, IOL señala alternativas de bajo riesgo para poner esos dólares a trabajar. Una de ellas es el Fondo Común IOL Dólar Ahorro Plus (IOLDOLD), que permite invertir en moneda dura con rescate en 24 horas.
El fondo está pensado para perfiles conservadores: actualmente, cerca del 25% de la cartera está invertido en Letras del Tesoro de Estados Unidos, aportando estabilidad, mientras que el resto se distribuye en títulos públicos de baja volatilidad. En los últimos dos meses, mostró un rendimiento mensual cercano al 1%, por encima de opciones bancarias tradicionales de bajo riesgo.
Como complemento, IOL también ofrece una cuenta remunerada en dólares, que rinde en torno al 2% anual, sin riesgo y con liquidez inmediata, una alternativa simple para quienes buscan preservar capital sin asumir volatilidad.
Para inversores con un perfil algo más dinámico, la firma sugiere el FCI IOL Portafolio Potenciado (IOLPORA), una estrategia diversificada que combina bonos, letras, acciones y Cedears, replicando automáticamente los portafolios sugeridos por el equipo de research de IOL.
El fondo permite invertir en pesos desde $100 y rescatar en 24 horas. Desde su lanzamiento en junio, acumuló un rendimiento del 30%, superando tanto al dólar y al plazo fijo como a la inflación del período, que fue del 12,9%.
De esta forma, el aguinaldo encuentra múltiples caminos: desde una dolarización inmediata y conservadora hasta estrategias diversificadas que buscan rendimiento real.
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