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Los bancos de América Latina tendrán condiciones operativas más favorables este año debido a la flexibilización temprana de la política monetaria y el sólido crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en muchos países de la región, pronosticó la calificadora Moody's.

El crecimiento promedio en los países de América Latina será del 2,6% en 2024, lo que resulta positivo para las actividades bancarias y los mercados financieros locales.

Sin embargo, las tensiones políticas plantearán desafíos en algunas economías. Entre ellos, se destacan los efectos de la polarización que sentarán las bases para un año importante de tensiones sociales, en el cual habrá elecciones en México, Panamá (Baa3 estable), Uruguay, la República Dominicana y El Salvador (Caa3 estable).

Además, los cambios políticos introducidos por los nuevos gobiernos en Argentina y Guatemala pondrán a prueba la estabilidad de las condiciones operativas del sector bancario.

Los riesgos para 2024 están relacionados principalmente con la volatilidad de los mercados globales y las incertidumbres políticas locales, las cuales podrían provocar desequilibrios macroeconómicos y una disminución de la confianza empresarial en la región.

Los bancos de Argentina y El Salvador, que ya tienen una alta exposición a soberanos con posiciones financieras muy frágiles, probablemente aumentarán sus tenencias de títulos públicos de mayor rendimiento. Las bajas tasas de interés en Argentina incentivan a los bancos a aumentar sus márgenes de interés a través de los ingresos financieros, mientras que los bancos de El Salvador han acordado extender la duración de su cartera de títulos públicos.

Sin embargo, Moody's destaca que los dos sistemas bancarios mantienen amplias tenencias de activos líquidos y acumularon importantes reservas de capital en los últimos años, lo que los ayudará a resistir ante eventuales problemas.

Contexto regional

La estabilidad de los mercados laborales y el fuerte consumo seguirán favoreciendo las condiciones crediticias, respaldadas aún más por una menor inflación.

Las disrupciones provocadas por el cambio climático y la intensificación de las tensiones sociales conllevan dificultades. La incertidumbre política en la región persistirá en un año de importantes transiciones, con elecciones previstas en cinco países y nuevos gobiernos en Argentina (Ca estable) y Guatemala (Ba1 estable).

La economía de Perú (Baa1 negativa) dependerá de la gravedad del fenómeno climático de El Niño.

El crédito en América Latina se expandirá a un ritmo promedio de un solo dígito. En Brasil (Ba2 estable), el crecimiento se mantendrá por debajo de los últimos dos años.

La rentabilidad seguirá estable a medida que los márgenes de interés neto se mantengan altos y los ingresos por comisiones sean sólidos. "Con la flexibilización de la política monetaria, esperamos ajustes en las tasas de interés de los préstamos, ya que estas permanecerán elevadas y los bancos ampliarán sus volúmenes de negocio con cautela, lo que se traducirá en menores provisiones para pérdidas crediticias en comparación con los últimos años. Los costos de financiamiento también se verán favorecidos por la caída de las tasas de interés", sostiene el informe de la calificadora.

La elevada liquidez a nivel local les ayudará a los bancos a evitar el ajuste de las condiciones financieras en otros lugares. La baja dependencia de los mercados de capitales internacionales limitará el impacto de la volatilidad global en los bancos latinoamericanos. Los grandes volúmenes de depósitos estables y la fuerte demanda de los mercados de capitales locales continuarán siendo el pilar de los bancos latinoamericanos.