Octubre finalizó con un récord histórico de u$s 513 millones de stock de préstamos para la vivienda, contra u$s 482 millones que había en septiembre y u$s 224 millones del décimo mes del año pasado, según datos del Banco Central (BCRA). Lo que se espera es que este mes habrá un nuevo récord, de la mano de la baja de las tasas de interés tras las elecciones legislativas. Más allá de que bancos públicos subieron las tasas post elecciones y los privados bajaron, Germán Goméz Picasso, director de Reporte Inmobiliario, cree que la tendencia en los próximos meses va a ser hacia la baja general de las tasas, ya que las expectativas cambiaron radicalmente. “Por otro lado con la nueva situación es más probable que la demanda se anime más y tome crédito hipotecario: no debemos olvidar que los valores de venta están actualmente bajos si vemos la media histórica y además contrastamos valor de venta con costos de reconstrucción”. Damián Caffarella, prosecretario de la Cámara Inmobiliaria Argentina, revela que, si bien el año que viene se viene una baja de tasas, lo más importantes es que bajarán los requisitos del score crediticio, de 910 a 660 puntos, “por ende en los próximos 60 días más compradores podrán tener su primer vivienda local o galpón”. Aunque, para Damián Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores Urbanos, el cuello de botella pasa por la falta de securitización, ya que los bancos no pueden descargar las hipotecas. No por nada el Banco Nación ajustó la tasa UVA del 4,5% al 6%. Sin embargo, Pablo Barrera, team leader y gerente comercial de Alto Grande Desarrollos y M&M Propiedades, confía en que, a mediano plazo, el escenario pueda estabilizarse y las tasas retomen una tendencia descendente. De hecho, bancos privados bajan y seguirán bajando tasas, y el mercado se va a disparar: “En enero del 2024 teníamos 140.000 propiedades en CABA mientras que hoy hay 78.000. Todo indica que el crédito va a seguir moviendo el stock hacia abajo y eso repercute en la suba de precios”, aventura Oscar Puebla, director de Puebla Inmobiliaria. “La reducción de tasas marca un punto de inflexión. En la medida que bajen más, se empezará a ver el regreso de un mercado que vuelve a confiar. Las condiciones macro, con inflación contenida y cuentas ordenadas, permiten proyectar una recuperación sostenida del crédito hipotecario y, con él, un nuevo impulso para el desarrollo inmobiliario”, agrega Puebla. La martillera y corredora inmobiliaria Mariana Stange comenta que “estamos viendo las primeras señales de distensión en las tasas de los créditos hipotecarios, especialmente en aquellos ajustados por UVA. Por ejemplo, el BBVA redujo su tasa nominal anual del 10,5% al 7,5%, y ese movimiento ya comienza a generar un aumento en las consultas”. De todos modos, se trata de una tendencia incipiente. Aún no puede hablarse de una baja generalizada ni sostenida, pero sí de un cambio en las expectativas. Y eso, en este contexto, es muy bien recibido por todo el mercado. En particular, dentro del segmento residencial. Hugo Koifman, CEO de Branson Real Estate, concluye que lo verdaderamente importante es que empieza a haber estabilidad en el tipo de cambio, en el mercado accionario, en el mercado de bonos y en el riesgo país. Las constructoras y las empresas de la Argentina, en general, necesitan tener estabilidad para poder poner precios, vender y financiarse. “Las empresas en general toman financiación del mercado local en pesos o dólares, o con diferentes metodologías, y las tasas a la baja hacen que sea más fácil financiarse y más económico”.