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Los bonos soberanos cerraron el martes con una marcada por una toma de ganancias que se sintió con más nitidez en la curva ley extranjera. Los Globales retrocedieron de manera generalizada, con caídas que llegaron hasta el -2,1%, principalmente en los tramos cortos y medios, donde se concentró el rebalanceo después del rally acumulado en noviembre.

Aun con este ajuste, la estructura de rendimientos no mostró señales de estrés y los precios se mantuvieron dentro de los rangos técnicos habituales. El riesgo país cerró cómodo por encima de los 600 puntos básicos.

La curva ley local también acompañó el movimiento, aunque con mayor dispersión intradiaria. Los Bonares registraron bajas más moderadas, con descensos de hasta -2,4% en el papel más volátil del tramo largo, mientras que el resto de la curva se movió entre correcciones suaves y estabilidad relativa.

ADR y acciones

Los papeles de empresas argentinas que cotizan en Wall Street lograron revertir la tendencia negativa que mantuvieron durante gran parte de la rueda y a contramano de Wall Street que se encamina a cerrar en negativo. Las acciones que más treparon en esa plaza son Edenor (+3,6%); Transportadora de Gas del Sur (+3,4%); Pampa Energía (+2,5%).

La plaza local replicó esa tendencia de la renta variable global y logró subir sobre el final de la rueda. Fue una sesión volátil para las acciones del panel líder. Hubo subas de 2,8% para Edenor y bajas del 2,2% para Telecom Argentina.

Gustavo Gardey, cofundador de Bull Road Investments, explicó a El Cronista, que los índices globales cerca de sus máximos, aunque llegan a este punto (caídas fuertes) tras un año de mucha volatilidad marcada por las tensiones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo, un capítulo reciente que ya parece de otra década.

VIX, en máximos

En este contexto, Gardey recuerda que el VIX (índice del miedo) registra subas destacadas, lo que refleja una mayor demanda de cobertura ante la toma de distancia de los inversores respecto de la renta variable.

“A esto se suma la creciente duda sobre el sendero de recortes de tasas y un proceso visible de toma de ganancias en varias de las compañías que impulsaron los grandes índices”, explica el estratega en un intento por dar claridad en medio de las fuertes caídas en Wall Street.

Gardey recordó que la expectativa sobre el desarrollo de la inteligencia artificial es enorme. “Hubo avances sustanciales, pero también persisten desafíos: desde la necesidad de asegurar insumos energéticos de escala hasta los contratiempos propios de la implementación masiva de la tecnología”, comentó.

Los balances recientes de gigantes como Amazon y Microsoft —tanto en resultados como en guidance— no lograron satisfacer al mercado. “Esto alimentó la idea de un clima de burbuja en torno a la IA”, aunque desde Bull Road Investments no lo ven así: “Al tratarse de una tecnología profundamente disruptiva, es lógico que el mercado sobreestime proyecciones. Ese entusiasmo no constituye una burbuja, sino un fenómeno casi inevitable en instancias de innovación”, advirtió Gardey.

En este marco, una corrección era esperable. Para Gardey, no se trata de un cambio de tendencia ni del inicio de un mercado bajista, sino de un respiro sano de cara a un año desafiante.

La Argentina no queda al margen, aseguró el estratega. “Tras el rally fenomenal que siguió a las elecciones de octubre, el mercado local también muestra tomas de ganancia. Pero aún queda un largo camino por recorrer, especialmente en función del programa de reformas que el Gobierno busca implementar. Si las reformas avanzan con éxito, el riesgo país debería comprimirse y la renta variable encontrar nuevos niveles”, advirtió.

Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, agregó que, lo central es que el VIX está en máximos. “Cuando eso pasa, el mercado suele anticipar correcciones: cae el apetito por riesgo, se ajusta la renta variable global y ese movimiento se replica automáticamente en los activos locales, que venían subiendo bastante post elecciones. Ese reacomodamiento global también termina impactando en los bonos”, advirtió el experto.

¿Y las reservas?

Gardey aseguró, sin embargo, que las reformas no compran reservas. “Y el Gobierno necesita acumularlas con urgencia. Hoy se transita un mes de baja demanda de dólares —unos u$s 1500 millones— que compensa en buena medida las ventas minoristas generadas por la sobrerreacción electoral.

Este margen le da tiempo al Ejecutivo para avanzar con el cambio del esquema monetario. Pero sin reservas, romper el umbral de los 400 puntos de riesgo país será difícil: la Argentina sigue obligada al roll over permanente de su deuda y a la asistencia de Estados Unidos para sostener el cumplimiento de pagos”, señaló el experto.

Con reservas netas negativas por encima de los u$s 10.000 millones, la capacidad de pago es el centro del análisis en la City. Aun así, la renta fija se mantiene firme, aunque necesita un último empujón para que el país vuelva efectivamente a los mercados internacionales de deuda, opinó Gardey.