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Una posible explosión de la Tercera Guerra Mundial provoca que la Armada Argentina se renueve continuamente para estar a la altura de cualquier ataque. Por tal motivo, el Gobierno está negociando con Italia para comprarles fragatas de guerra.

De acuerdo a las declaraciones del secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, en su cuenta de X, la Armada podría incorporar los buques de guerraclase Maestrale.

Así serán los nuevos buques de guerra que comprará el Gobierno

Las fragatas clase Maestrale fueron retiradas recientemente del servicio por la Marina Militare italiana y podrían renovar los buques argentinos. Estas embarcaciones fueron diseñadas y construidas por el astillero Fincantieri entre 1982 y 1985, las cuales se exportaron a otras marinas.

Su diseño se enfocó en operaciones de guerra antisubmarina (ASW), aunque también tiene capacidad para defensas antiaéreas y antisuperficie. Con una eslora de 123 metros y la capacidad para desplazar 3040 toneladas en plena carga, fue clave en despliegues internacionales durante más de 40 años de servicio.

Además, está impulsado por un sistema de propulsión combinado con dos motores diésel y dos turbinas a gas Fiat-General Electric LM-2500 que permite alcanzar una velocidad máxima de 30 nudos. En cuanto a su autonomía operativa, es de 6000 millas náuticas a 15 nudos.

El armamento que puede aportar este buque de guerra

  • Misiles antibuques Otomart Teseo Mk 2
  • Un cañón de 127 mm
  • Tubos lanzatorpedos de 533 mm y 324 mm, reforzando su perfil ASW
  • Misiles antiaéreos Aspide montados en un lanzador Albatros situado a proa.

¿Qué beneficios trae este nuevo buque para la Armada Argentina?

Entre las ventajas que traerá la incorporación de las fragatas, permitirá recuperar el número de unidades en servicio para poner en el mar. A su vez, el sistema Otomat es superior al Exocet MM40 que poseen los actuales buques argentinos MEKO 360.

Sin embargo, el sitio Zona Militar advierte sobre algunos puntos en contra por la avanzada antigüedad, que se compara con las principales unidades de la Armada Argentina. Esto podría desencadenar dificultades por el mantenimiento, costos operativos y disponibilidad de repuestos.

A pesar de las limitaciones, es verdad que significarán una solución transitoria ante la falta de unidades de superficie de servicio activo. Su tecnología y la capacidad relevante en guerra antisubmarina podrán acompañar al control y vigilancia del Atlántico Sur.