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Hace más de 100 años, el arqueólogo especializado en Egipto, Howard Carter, descubrió la tumba intacta de Tutankamón donde se encontró con una habitación repleta de objetos, muchos desconocidos en una investigación que revolucionó todo lo que se sabía sobre la cultura faraónica.

Desde tiempos prehistóricos, los egipcios enterraban a sus muertos con objetos esenciales para la otra vida. Sin embargo, esta fue la primera vez que se encontró un ajuar funerario completo sin haber sido saqueado y más aún, este espacio permitió conocer la relevancia del personaje histórico y las creencias religiosas de la época.

¿Qué elemento se encontraron en la tumba de Tutankamón?

Según la investigación, el mítico faraón de Egipto fue enterrado con cuencos, ornamentos y herramientas para acompañarlo en su otra vida. A medida que evolucionaba la religión egipcia, se incorporaron amuletos y estatuillas de dioses al ajuar.

Estos objetos protegían al difunto en su viaje al más allá. Uno de estos elementos es una copa hallada en la tumba que deseaba al faraón millones de años de felicidad donde cuenta que "la espiritualidad impregnaba cada rincón del sepulcro".

Los egipcios creían que el cuerpo tenía varios componentes, como el ka, un doble espiritual. Este debía ser alimentado tras la muerte para evitar la desaparición del difunto. Carter encontró estatuas con figuras negras y detalles dorados, como centinelas eternos, que representaban el ka de Tutankamón.

¿Por qué las tumbas permiten conocer la religión de Egipto?

El faraón egipcio era visto como un dios viviente, encarnación de Horus. Al morir, se transformaba en Osiris, señor del inframundo. Las pinturas murales y estatuillas fueron las que permitieron comprender esta transición divina. La tumba incluía camas para regenerar la momia y amuletos que lo protegían en su viaje nocturno con el dios Re.

Entre los objetos más curiosos estaban los ushebtis, figurillas de sirvientes mágicos. Estos ayudaban al faraón en sus tareas cotidianas en el más allá. También se incluían utensilios para asegurar una vida cómoda en el paraíso egipcio.

La importancia del avance científico de Tutankamón

La ropa era esencial en este rito funerario donde destacaban túnicas, camisas, taparrabos y guantes de lino. Algunas prendas estaban tan bien conservadas que parecían nuevas.

El faraón también tenía ánforas de vino con etiquetas detalladas junto con comida que incluía pan, legumbres y carnes preparadas, listas para el consumo.

El hallazgo de Carter permitió ver objetos que antes sólo se conocían por pinturas. La tumba de Tutankamón fue la única encontrada intacta hasta entonces. Esto permitió estudiar insignias reales auténticas donde cada pieza revelaba aspectos desconocidos de la vida y muerte de los faraones.

Entre las reliquias de la realeza se hallaron cetros heka y nejej, símbolos de poder y de la divinidad. También se encontró una diadema de oro con un ureo y un buitre junto a la vestimenta del faraón que mostraron que se trataba del verdadero líder egipcio.

El tesoro más invaluable que hallaron en la tumba de Tutankamón

Uno de los tesoros más destacados fue el trono dorado del faraón, decorado con piedras y vidrio, donde se mostraba una escena íntima con su esposa. En la imagen, el dios Atón presidía el momento, otorgando vida con sus rayos. Esta imagen revelaba el lado humano y afectivo del joven rey egipcio.

Como defensor del reino, Tutankamón fue enterrado con piezas militares. Por eso, también se hallaron espadas, escudos y corazas, algunas usadas en su niñez. Las armas lo acompañaban para enfrentar enemigos en su tránsito al más allá, según las creencias egipcias.