

Con la llegada del verano, es importante prestar especial atención al cuidado de la piel,debido a la intensificación de la exposición al sol.
La radiación ultravioleta puede causar daños, como quemaduras y envejecimiento prematuro de la piel. Por eso, incorporar el uso de protector solar con un factor adecuado ayuda a protegerse contra estos riesgos.
La aplicación de protector solar no solo previene quemaduras solares, sino que también reduce el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Al elegir un protector solar, es importante considerar el Factor de Protección Solar (SPF), optando por un producto que brinde una protección efectiva.
Una de las grandes preguntas es... ¿Por qué me pongo rojo si tengo protector solar?
Salud de la piel: ¿por qué te quemás si usas protector solar?
Los protectores solares pueden ayudar a prevenir que te pongas rojo al exponerte al sol, ya que este producto bloquea los rayos UV, que son los que causan las quemaduras solares.
Sin embargo, un artículo de la Universidad de Harvard explicó que "el protector solar por sí solo no necesariamente nos protege de los rayos ultravioleta (UV)".
En ese sentido, la doctora Toni Golen, médica especializada en obstetricia y ginecología, señaló que los rayos UV "pueden dañar nuestra piel, alimentando cambios en el ADN que promueven el envejecimiento y el posible crecimiento del cáncer".

Es posible que haya otros factores que pueden influir a la hora de que te quemes pese a usar protección. Entre ellos se destacan:
- Usar productos para el cuidado de la piel que eliminen las capas superiores de la piel, como retinoides o ácido glicólico.
- Tomar antibióticos o diuréticos, que permiten que la piel se queme más rápidamente y con menos exposición al sol.
- Aplicar protectores solares viejos, que pueden perder su potencia si está vencido o si se expone a temperaturas extremas con el tiempo.
- Utilizar y realizar lecturas en tablets u otras pantallas al aire libre. Esto aumenta la exposición a los rayos UV, ya que reflejan el resplandor del sol en la cara y el cuello.
Quemaduras solares: ¿qué son y cuáles son los factores de riesgo?
Una quemadura por el sol se manifiesta con piel inflamada y dolorida, sintiéndose caliente al tacto. Suele aparecer horas después de la exposición solar prolongada.
El alivio se puede lograr con medidas sencillas, como tomar algún analgésico o, enfriar la piel, aunque la recuperación completa puede llevar días.

Según el centro de salud Mayo Clinic,"cualquier parte del cuerpo que esté expuesta (entre ellas, los lóbulos de la oreja, el cuero cabelludo y los labios) puede quemarse".
En caso de producirse una quemadura por la exposición al sol, los principales síntomas son:
- Piel inflamada, se ve rosada o roja en pieles blancas y puede ser más difícil de ver en pieles morenas o negras.
- Piel que se siente cálida o caliente al tacto.
- Dolor, sensibilidad y picazón.
- Hinchazón.

- Ampollas pequeñas y llenas de líquido que pueden romperse.
- Dolor de cabeza, fiebre, náuseas y fatiga, si la quemadura es grave.
- Dolor en los ojos o sensación como si tuvieras arenilla.
Además, el sol puede provocar quemaduras en la piel, incluso si hace frío o está nublado. Las superficies como la nieve, la arena y el agua pueden reflejar los rayos ultravioleta y provocar quemaduras en la piel.













