

En esta noticia
Hay destinos que vuelven a estar en la mira por razones concretas. Este lugar se puede visitar en cualquier momento del año, no sufre huracanes, no tiene sargazo en sus playas y ofrece atardeceres que parecen una ceremonia: la gente se detiene a mirar cómo el sol se esconde entre veleros y aves.
Además, es segura, las playas son públicas y ahora hay vuelos directos desde Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
La aerolínea de bandera sumó nuevas frecuencias y eso disparó el interés. Hasta julio de 2025, los viajes desde Argentina crecieron más del 100% respecto al año anterior. Las estadías también se duplicaron. Según datos oficiales, el país muestra un crecimiento turístico del 126%, muy por encima del promedio regional.
Se trata de Aruba, ubicada en el sur del Caribe y parte del Reino de los Países Bajos. Tiene clima seco, 300 días de sol al año, aguas cristalinas y una mezcla cultural que se ve en las calles, en el idioma y en la gastronomía. Para muchos argentinos, es un destino que combina lo conocido con lo exótico.
Playas limpias, mar turquesa y distancias cortas
Eagle Beach, Palm Beach, Arashi y Tres Trapi son algunas de las playas más visitadas. Cada una tiene su estilo: desde arenas tranquilas hasta zonas ideales para snorkel. El mar es calmo, sin oleaje fuerte, y la temperatura se mantiene cálida todo el año.
En Aruba, el viento sopla constante y los árboles se inclinan hacia el sudeste. El más famoso es el fofoti, que aparece en postales y funciona como símbolo local. Bajo su sombra, los visitantes encuentran una forma de desconectar.

Cultura, idioma y gastronomía: una mezcla que sorprende
El idioma local es el papiamento, una fusión de español, portugués, neerlandés, inglés y lenguas africanas. En el aeropuerto, el cartel de bienvenida dice "Bon bini", y todos lo pronuncian con una sonrisa. Para los arubianos, el papiamento es más que una lengua: es una forma de vivir en comunidad.
La gastronomía también refleja esa mezcla. Se pueden probar platos con pescado fresco, frutas tropicales, especias caribeñas y técnicas europeas. Comer como los locales es parte de la experiencia.
Naturaleza protegida y arte urbano
Más del 18% de la isla está bajo protección ambiental. El Parque Nacional Arikok ofrece senderos fáciles, cactus gigantes, iguanas, burros y pinturas rupestres de más de 900 años. En Conchi, la piscina natural, las olas rompen contra rocas volcánicas y el agua se calma como si alguien bajara el volumen del mundo.













