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Una anomalía en el campo magnético terrestre genera inquietud en la comunidad científica, y su avance sobre América del Sur obliga a las agencias internacionales a realizar un monitoreo constante.

¿Qué es la Anomalía del Atlántico Sur?

Se trata de una extensa región del planeta donde el campo magnético terrestre es anormalmente débil. Este fenómeno, conocido como Anomalía del Atlántico Sur (AMAS), se localiza entre América del Sur y parte del océano Atlántico, con una expansión que incluye zonas de Brasil, Bolivia, Paraguay y ahora también parte del territorio argentino.

Este fenómeno se identificó por primera vez en 1958, pero su desplazamiento y crecimiento generó un incremento en la investigación. Los expertos observan con atención los cambios de esta "abolladura magnética", ya que afecta áreas clave del planeta en términos tecnológicos y científicos.

¿Qué efectos puede tener esta anomalía sobre satélites y tecnología?

Una de las principales preocupaciones no está en la superficie terrestre, sino en el espacio. Cada vez que un satélite cruza la AMAS, sus componentes electrónicos corren mayor riesgo de sufrir interferencias. En casos extremos, algunos equipos deben interrumpir operaciones temporariamente para evitar fallas mayores.

Esto puede traducirse en pérdidas de señal en sistemas de navegación, interferencias en telecomunicaciones y dificultades en la recopilación de datos meteorológicos y científicos. Por ese motivo, organismos como la NASA trabajan en sistemas de blindaje más eficientes y estrategias orbitales que reduzcan el impacto al cruzar la región.

¿Puede afectar esta anomalía a las personas en la Tierra?

En términos de salud o seguridad inmediata, no hay evidencia de que la AMAS represente un riesgo directo para los humanos. Por el momento, la atmósfera ofrece una barrera eficaz contra la radiación solar y cósmica, incluso en zonas donde el campo magnético es más débil.

Sin embargo, el debilitamiento de esta defensa natural podría derivar en efectos indirectos, como interrupciones esporádicas en la conectividad móvil, errores en sistemas de posicionamiento global o problemas en redes eléctricas ante tormentas solares intensas.

¿Cómo avanza esta anomalía y qué regiones están más expuestas?

Los análisis recientes indican que la AMAS se está desplazando progresivamente hacia el oeste, con una velocidad de 20 kilómetros por año aproximadamente. Esta expansión amplía su influencia sobre el cono sur, haciendo que países como Argentina se incluyan dentro de su radio de impacto potencial.

Además de América del Sur, el fenómeno alcanza parte del suroeste de África, generando un corredor de debilidad magnética a escala global. Las agencias especializadas siguen la evolución de esta zona a través de sistemas de observación satelital y modelos geomagnéticos actualizados.

También distintos organismos internacionales, como los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) de EE.UU., el Servicio Geológico Británico (BGS) y la NASA, mantienen un seguimiento permanente de la anomalía.