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La arqueóloga Kathleen Martínez está en la búsqueda de la tan esperada tumba de Cleopatra, que, aunque los arqueólogos sospechan que se encuentra en Taposiris Magna, solo se encontraron rastros de su paso por la Tierra.

Uno de estos hallazgos fue unaantigua estatua de mármol que retrata el rostro de la antigua faraona. Es debido a este pequeño descubrimiento que el grupo de arqueólogos cree que se acerca cada vez más a la tan ansiada tumba de Cleopatra.

La estatua de Cleopatra que retrata a la perfección a la última gran faraona

El grupo dirigido por Martínez encontró durante una de sus excavaciones un tesoro que podría darles indicios de la tumba de Cleopatra. Se trata de monedas con la imagen de la faraona y Alejandro Magno, varias esculturas y una estatua con inscripciones.

Una de las esculturas que se encontró entre los restos de las antiguas tumbas es el rostro de Cleopatra. Una pieza que maravilló al grupo de investigadores por ser única.

¿Por qué se busca la tumba de Cleopatra?

Debido a que la vida de Cleopatra está ligada a los disturbios en Egipto y la política del Imperio Romano, su vida y últimos vestigios de su pasado por la Tierra tienen alta relevancia para la arqueología.

Ella fue la hija de Ptolomeo XII, y a su muerte Cleopatra intentó reinar junto a su hermano, Ptolomeo XIII, pero él quería el trono para sí mismo. Así, los hijos del antiguo faraón comenzaron una guerra civil que obligó a la joven reina a refugiarse en Siria, controlada por los romanos.

Allí, Cleopatra pidió ayuda a Julio César, entonces general y dictador de Roma, para poder recuperar su trono y unir ambas dinastías. Este apoyo se terminó convirtiendo en un amor, que dio como fruto a Cesarión.

La muerte de Cleopatra: la trágica historia de la faraona más poderosa de Egipto

Tras el asesinato de Julio César en el 44 a.C., Cleopatra se involucró con Marco Antonio, otro líder romano de peso. Esta relación fue tanto política como romántica, y juntos tuvieron tres hijos: los gemelos Alejandro Helios y Cleopatra Selene, y Ptolomeo Filadelfo.

Su alianza los convirtió en una fuerza poderosa en el Mediterráneo, pero también los puso en la mira de Octavio (el futuro emperador romano).

En el 31 a.C., Cleopatra y Marco Antonio fueron derrotados por Octavio en la batalla de Actium. Al año siguiente, en el 30 a.C., Marco Antonio se suicidó tras un malentendido, pensando que Cleopatra había muerto. Poco después, ella también se quitó la vida.

La leyenda cuenta que usó una serpiente venenosa, probablemente una cobra egipcia (asp), para morir, pero no hay pruebas concretas. Algunos creen que pudo haber usado otro veneno o que Octavio la mandó a matar.

Con su muerte, Egipto cayó en manos de Roma y se convirtió en una provincia más del Imperio. Cesarión fue ejecutado por Octavio, y los hijos de Cleopatra con Marco Antonio fueron llevados a Roma, aunque solo Cleopatra Selene sobrevivió y llegó a ser reina de Mauritania.