
En un mundo en el que la transformación digital se acelera y se expande a la vida cotidiana de las personas, la demanda de poder de cómputo es cada vez mayor. Es por esto que las empresas fabricantes de chips son ahora fundamentales para impulsar el avance de las tendencias actuales como la inteligencia artificial.
Diversas proyecciones anticipan que la "siliconomía", como se llama a la economía de los semiconductores, tiene hoy un valor de u$s 580.000 millones y alcanzará el billón de dólares al final de la década.
En este contexto, El Cronista dialogó con Santiago Cardona, director general para países de habla hispana de Intel, quien destacó el gran impacto que la inteligencia artificial tendrá en la actividad de las empresas y la vida de las personas, y la necesidad de chips que eso implicará en el futuro cercano. A continuación, sus definiciones.
- ¿Cómo evoluciona la demanda de microprocesadores y cómo responde Intel?
- Todo aspecto de nuestra vida se está volviendo cada vez más digital. Y eso, al final, requiere más chips para diversos usos. Es por eso que hoy hay una perspectiva de fuerte crecimiento de la "siliconomía", la que está alimentada por grandes tendencias tecnológicas entre las que está la inteligencia artificial.
Además, la pandemia fue un punto de quiebre porque quedó en evidencia que la industria no tenía suficiente capacidad de fabricación para la cantidad de chips que se necesitan.
Por eso, Intel tomó la decisión ser "la fábrica de chips para el mundo". No solamente para nuestros productos, sino para cualquiera que quiera fabricar microprocesadores. Este es un cambio de estrategia que impulsó el CEO de la compañía, Pat Gelsinger.
Con ese objetivo estamos ampliando capacidades que ya tenemos y construyendo plantas desde cero. En ese marco, Intel está invirtiendo 100 mil millones de dólares de su capital de aquí a los siguientes años.

- ¿Y qué perspectivas tiene actualmente la compañía para América Latina?
- De cara al mercado, la estrategia de Intel implica impulsar la adopción de nuestras tecnologías en base a dos grandes pilares. El primero es la inteligencia artificial: tenemos una estrategia de "inteligencia artificial en todas partes". Esto es: en la computadora, en el centro de datos, en el Edge.
Y lo segundo, relacionado con lo anterior, es evaluar cuáles son las compañías latinoamericanas con las cuales podemos trabajar de la mano para desplegar soluciones de IA. Un ejemplo lo encontramos en países como la Argentina, donde es fuerte la Economía del Conocimiento, donde se trabaja mucho software, y ese software, a su vez, requiere de hardware para que funcione bien.
- ¿Cómo avanza la adopción de las nuevas PCs con IA?
- Los procesadores de Intel están en un 80 por ciento de las computadoras que se venden por año a nivel global. Es decir, en unos 220 o 230 millones de equipos. De esa cantidad, 40 millones tendrán procesadores con soporte para aceleración de inteligencia artificial este año. Estamos hablando de casi el 20% del número total. Esto demuestra tanto nuestras intenciones de llevar la inteligencia artificial a todas partes como la demanda que hay.
El mayor interés, en principio, lo estamos viendo a nivel empresarial, porque para las empresas es un beneficio muy fácil de palpar, que las hace más eficientes. Es decir que las empresas ya entienden el beneficio de la IA, y ahora es el momento de llevarlo al consumidor.
Y esto ocurrirá pronto. En América Latina, a medida que la gente empieza a entender y ver las potencialidades de la inteligencia artificial, se sorprende, vive un momento "wow". Pero es claro que aquellos que logren incorporar este tipo de herramientas van a ser más eficientes, más productivos.
Se espera que las PC con IA representen el 80% del mercado para el año 2028, según una proyección de Boston Consulting Group. Por eso, creemos que el momento que estamos viviendo ahora con la inteligencia artificial en las computadoras equivale a lo que pasó hace unos 20 años cuando se incorporó el chip de Wi-Fi en nuestra plataforma Intel Centrino, lo que permitió una gran popularización de esta tecnología, que hoy es ubicua.
Por Adrián Mansilla














