En esta noticia

En el planeta, existe un elemento único que puede ser calificado como un tesoro que sirve para enfrentar el frío. Su precio podría llegar a los u$s 5000 por kilo y viene de un particular animal del norte europeo.

Se trata de las plumas de eider, un animal que habita en una isla perdida de la bahía de Breidafjordur, oeste de Islandia, y muchos lo consideran como el "oro ártico". Y es que sus beneficios contra las heladas y su rareza son lo que lo distinguen de otras especies.

Así el tesoro ártico que vale una fortuna y se consigue en Islandia

Cada verano, más de 400 agricultores excavan las regiones del occidente islandés en donde este pato polar dejar sus plumas grises desde mayo. Esta fibra natural es una de las más aislantes del planeta y a la vez ligera, por lo que se la usa para confeccionar acolchados y otras prendas.

La hembra es quien deja su plumaje marrón con manchas negras del pecho en el nido y así aísla a los huevos durante la incubación. Sin embargo, se necesitan al menos 60 nidos para obtener un kilo de plumas y así fabricar un edredón, el cual necesita entre 600 y 1600 gramos.

"Cuando hay huevos, solo se toma una parte de las plumas. Y cuando el eider ya dejó el nido, se recupera el resto", contó Erla Fridriksdottir, presidenta de King Eider (uno de los exportadores principales), en diálogo con AFP.

El valor del tesoro natural contra el frío

En el mercado, un simple acolchado hecho de pluma de eider podría costar al menos 640.000 coronas islandesas, es decir, u$s 5120. Y es que su precio se basa en la rareza del animal y de la ubicación exclusiva.

A su vez, previo a la fabricación de las prendas, pasa por un largo proceso que consisten en un secado para evitar el moho. Luego, pasan por un horno a 120 ° C por ocho horas y así matar cualquier organismo.

En la segunda fase, las máquinas las limpian comprimiéndolas en una malla delgada metálica. Después, la última etapa se realiza a mano y no hay manera de sustituirlo por tecnología.

Aquí, gente experimentada limpia a mano un kilo de plumas durante cuatro o cinco horas. Se trata de un lavado a mano con agua, en donde se desinfecta el producto y luego se seca.